En el marco de BiIOSpain 2021, expertos europeos han analizado en una mesa redonda la situación de las nuevas técnicas de edición genética en la Unión Europea. Los tres coincidieron en que estas herramientas necesitan un marco regulatorio nuevo, actualizado con los últimos avances y siempre con base científica. Clara Aguilera (Diputada y Vicepresidenta de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo) reconocía que la Comisión Europea está en la línea correcta y recordaba el informe publicado sobre las nuevas técnicas de edición genética en el que se resaltaba el potencial de estas tecnologías para cumplir los objetivos del Pacto Verde europeo y la necesidad de adaptar la regulación a estos avances. “Creo firmemente en la innovación y en la ciencia como elementos sustanciales para abordar el sistema alimentario”, resaltó.

En esta línea pidió que la ciencia quede de lado del debate político, algo que no está ocurriendo en la Unión Europea. “Hay un fuerte debate con estos temas donde prima la estrategia política o la ideología frente al valor de la ciencia. Yo lo lamento mucho porque la sociedad avanzaría más apoyándose en la ciencia”, afirmó Aguilera. Quien reconoció que en materia de nuevas técnicas de edición genética es necesario informar más a la sociedad porque hay mucho desconocimiento sobre ellas. Sobre la Estrategia de la Granja a la Mesa explicó que en el nuevo texto que se votará en octubre hay un texto específico sobre estas técnicas y que espera que este apartado, junto con el resto, sean aprobados sin dificultad.

Esperanza Orellana (Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) mostró su confianza en que la Unión Europea se mueva en la dirección correcta en materia de edición genética, poniendo a la ciencia como base de sus estrategias. “Somos optimistas porque las conclusiones de los estudios de la Comisión Europea son muy coherentes, reflejan la necesidad de adaptar las leyes de estas nuevas técnicas de edición genética y reconocen el valor de estas tecnologías para la sostenibilidad”. Defendió la libre elección del consumidor, pero también que “la ciencia no es algo sobre lo que se pueda tener una opinión, la ciencia es ciencia”. Por eso es necesario mejorar la comunicación en torno a la ciencia y, concretamente, en torno a las nuevas técnicas de edición genética, para que le consumidor conozca la realidad de estas herramientas y el efecto positivo que tiene su uso.

Sobre la comunicación también habló Petra Jorasch (Euroseeds), que reconoció que es muy importante hablar a la sociedad de mejora vegetal porque hay mucho desconocimiento. “No solo hay que explicar las nuevas técnicas de edición genética, hay que empezar explicando en qué consiste la mejora vegetal para después explicar sus aplicaciones y modelos”. Sobre la Estrategia de la Mesa hizo hincapié en que los objetivos marcados, si no se apuesta por la biotecnología, implicarán una reducción significativa de la producción y por tanto una dependencia aún mayor de Europa hacia las importaciones alimentarias. “La mejora vegetal será necesaria para compensar la reducción productiva ya que pueden ayudar a ser más eficientes. Europa tiene que ser menos dependiente de las importaciones y adquirir más capacidad para exportar . La mejora genética puede ayudar a ser más sostenibles”.

Clara Aguilera cerró la sesión reconociendo que en este debate hay una gran mentira, de la que participan países como Alemania y Francia. “Somos muy estrictos con las leyes europeas pero firmamos acuerdos con terceros pases y se nos olvida todo. El Parlamento Europeo y la sociedad es contraria a los organismos modificados genéticamente, pero estamos importando transgénicos de fuera porque lo necesitamos. Eso es una gran mentira”. Remarcó que países como Alemania o Francia sean importadores de terceros países donde se usan altos niveles de fitosanitarios, muchos de ellos prohibidos en terreno comunitario. Se prohíben aquí pero se permite que la producción externa que los usa entre a consumo al mercado comunitario.  “Hay un gran engaño, y la sociedad tiene que saberlo. Si tenemos claros unos estándares ambientales apliquémoslo a todos”, concluyó.

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