Un equipo internacional de científicos dirigido por la Universidad de California Davis y la Universidad Estatal de Michigan (Estados Unidos) ha publicado la secuencia genética de la fresa cultivada. Mientras que la mayoría de las especies son diploides, la fresa es un octoploide con ocho copias del genoma de especies parentales múltiples y distintas. La investigación, publicada en Nature Genetics, revela cómo la fresa se convirtió en un octoploide.

Patrick Edger, profesor asistente de horticultura de la Universidad de Michigan y coautor del artículo, ha explicado que identificaron a los cuatro parientes existentes de las especies diploides que hibridaron secuencialmente para crear la fresa octoploide. Las cuatro especies diploides son nativas de Europa, Asia y América del Norte, pero los octoploides silvestres se distribuyen casi exclusivamente en todo el continente americano.

Los resultados también sugieren una serie de poliploides, tetraploides y hexaploides intermedios que se formaron en Asia, antes del evento octoploide que ocurrió en América del Norte, involucrando al hexaploide y una especie diploide endémica de Canadá y Estados Unidos. Según Edger, descubrieron que una de las especies parentales en el octoploide controla la calidad del fruto y los rasgos de resistencia a las enfermedades, y han identificado genes que controlan varios rasgos objetivo.

Más información en la Universidad de California Davis y la Universidad Estatal de Michigan.

Compartir en redes sociales

Array