Según las declaraciones extraoficiales de Marcella Szymansky, oficial de relaciones exteriores para la agricultura del Gobierno de los Estados Unidos, el desarrollo de la biotecnología agraria es una herramienta fundamental para combatir el hambre en el mundo, razón por la que su impulso forma parte de la política de Estado. Quiso también resaltar que su desarrollo está siendo frenado en muchos países sin fundamento científico, sólo por una postura política que podría estar siendo financiada desde Europa.
Según recoge el diario paraguayo ABC, Szymansky considera decepcionante que la Unión Europea se haya vuelto contra el desarrollo de la biotecnología únicamente en su aplicación agrícola, ya que no es coherente que se use la ciencia en áreas como la farmacéutica y la medicina pero se prohíba en la agricultura.
En esta línea, la oficial estadounidense quiso resaltar que a día de hoy la biotecnología tiene dos componentes fundamentales, el científico y el político, y que este último es el que está marcando el acceso de esta valiosa y necesaria herramienta a los agricultores de muchos países del mundo.