Hasta ahora no existían crisantemos azules puros, pero gracias a una compleja operación de ingeniería genética, investigadores japoneses han logrado que florezcan crisantemos con un amplio abanico de azules. Muchos científicos lo han intentado con anterioridad, pero ni la hibridación ni el aprovechamiento de mutaciones genéticas había sido efectivo. Ahora, a través de la ingeniería genética, los científicos lo han conseguido, según publica la revista Science Advances.

A falta de parientes cercanos con flores azules, los científicos se fijaron en otras flores silvestres que sí tienen ese color y en su versión más intensa, como son las campanillas de Canterbury o farolillos y la exuberante conchita azul. Primero insertaron el gen de una y después el de la otra. Sin embargo, no lograron crisantemos azules, si no violetas. No bastaba con insertar los genes que codifican la pigmentación azul ya que, al expresar también los pigmentos rojos del crisantemo, los tonos obtenidos se parecían más al violeta.

Por eso, tuvieron que silenciar los genes propios del crisantemo. De los 32 linajes de crisantemos transgénicos que obtuvieron, 19 echaron flores en un amplio rango de violetas a auténticos azules. Este mismo procedimiento se podría aplicar a otras flores hasta ahora reacias al azul, como las rosas o los tulipanes. Para eso aún hay que controlar otros factores que intervienen en la coloración, como la acidez de los pétalos. 

El siguiente paso es hacer crisantemos azules que no se puedan reproducir y difundir en el medio ambiente, haciendo su comercialización.

[Fuente: El país + Advances Science Mag + ChileBio]

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