Investigadores del laboratorio de Agrobiotecnología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) han desarrollado un naranjo transgénico resistente a la cancrosis, enfermedad bacteriana que afecta a los cítricos (naranjos y limones) y produce grandes pérdidas económicas. Esta enfermedad está muy presente en Argentina, limitando así el comercio con Europa y Estados Unidos que imponen barreras fitosanitarias a los países afectados. Este desarrollo, que se inició en 2007, ha sido publicado en el Journal of Biotechnology.
Según recoge la UBA en su página web, el método empleado actualmente para controlar dicha enfermedad está generando resistencia en las bacterias, por lo que se necesitan nuevas formas de combatir este problema. El equipo de investigadores desarrolló una planta de naranjas transgénica que es resistente a la bacteria Xanthomonas, la causante de esta enfermedad.
Gracias a la biotecnología, los investigadores argentinos insertaron en la planta un gen que tiene las instrucciones para fabricar un péptido (proteína pequeña) de acción antimicrobiana. Este trabajo se ha realizado en colaboración con el Instituto de Bioquímica y Biología Molecular (IBBM) de la Universidad de La Plata. Lo cierto es que los desarrollos tecnológicos no se logran de un día para el otro, sino que llevan tiempo. “
Nicolás Furman, primer autor del trabajo publicado en el Journal of Biotechnology, explica que lo que querían era “probar si la dermaseptina inhibía el crecimiento de Xanthomonas” para lo que comenzaron con las comprobaciones in vitro “y el desafío fue la infección de las plantas transgénicas y la demostración de que esta estrategia es válida para lograr resistencia a la cancrosis”.
Se ha demostrado que los síntomas de la enfermedad disminuyeron en un 50% en comparación con las plantas que no fueron transformadas con el gen de la dermaseptina. “El inóculo que colocamos es cercano a las 100 mil bacterias por mililitro, una cantidad muy superior a lo ocurre en la naturaleza. Por ello suponemos que en una condición natural, el sistema va a ser más efectivo”, asegura Furman.