La Asociación PRObio, asociación de agricultores españoles pro-biotecnología, demanda que los políticos europeos apuesten firmemente por los cultivos modificados genéticamente para resucitar la actividad agrícola europea y así poder competir en condiciones de igualdad. Según resaltan en nota de prensa, los profesionales del sector agrario están viendo cómo la Unión Europea les prohíbe cultivar semillas transgénicas cuya producción importa sin reparos.
Tras conocerse el crecimiento de superficie cultivada con maíz transgénico en España en 2012, la Asociación PRObio resalta que tras quince años apostando por estos cultivos en el país los agricultores siguen confiando en esta tecnología ya que les permite llevar a cabo un modelo agrario más productivo y sostenible.
“Si no sembrara maíz transgénico las plagas de taladro me harían perder cada año el 25% de todos mis cultivos. El sector agrario vive una situación crítica en la que no nos podemos permitir este tipo de pérdidas. La agricultura europea necesitas nuevas variedades que la saquen de este aislamiento comercial en el que nos encontramos,” explica José Luis Romeo, agricultor de Huesca y Presidente de la Asociación PRObio.
Por todo esto, la Asociación PRObio pide que los Gobiernos europeos se comprometan a cuidar los intereses de los agricultores para permitirles elegir qué cultivos sembrar en sus tierras.
“La actividad agraria europea no puede ser rentable si seguimos importando la producción de semillas transgénicas cuya siembra tenemos prohibida en la Unión Europea. Los agricultores tenemos derecho a competir en condiciones de igualdad sin que nadie nos límite para favorecer a nuestros competidores,” afirma Gonzalo Niubó, agricultor de Lérida y miembro de la Asociación PRObio.
Flaco favor estan pidiendo.
Los agricultores somos esclavos de los grandes compradores. También esclavos de las compañias de fertilizantes. Sólo falta esclavizarnos con los fabricantes de semillas. Sí, los mismos, que te venden la semilla, que no se va a reproducir y vas a tener que volver a pagar.
Yo estoy en contra. La solución a la crisis agrícola es abandonar la comida low-cost. Si la patata cultivada aquí vale un euro para crecer y distribuir, se paga.