Investigadores de la Universidad de Queensland en Australia han publicado una revisión sobre las tecnologías de edición de genes que podrían salvaguardar la seguridad alimentaria mejorando nuestros sistemas agrícolas en condiciones extremas provocadas por el cambio climático. Karen Massel, investigadora principal del estudio, explica que el uso de CRISPR-Cas9 permitiría desarrollar cultivos mejorados de cereales como arroz, trigo, maíz, cebada y sorgo. Solo 15 cultivos de cereales ricos en energía proporcionan el 90% de las calorías alimentarias del mundo.

“Los agricultores han estado manipulando el ADN de las plantas utilizando tecnologías de reproducción convencionales durante milenios y ahora, con las nuevas tecnologías de edición de genes, podemos hacerlo con una seguridad, precisión y velocidad sin precedentes”, explica Massel, quien resaltó que nos encontramos en “una carrera entre un clima cambiante y la capacidad de los fitomejoradores para producir cultivos con resiliencia genética que crezcan bien en condiciones adversas y tengan cualidades nutricionales enriquecidas”.

En esta línea explicó que el problema es que los mejoradores tardan demasiado en detectar y poner esa diversidad genética a disposición de los agricultores, con un ciclo de mejoramiento de unos 15 años en el caso de los cultivos de cereales. “CRISPR nos permite hacer cosas que no podemos hacer mediante el mejoramiento convencional en términos de generar una diversidad novedosa y mejorar el mejoramiento de los rasgos deseables”, explicó.

Otro punto a destacar del estudio es la comparación de secuencias genómicas de variantes silvestres y ancestros de cereales bajo diferentes tipos de estrés. El estudio demostró cómo las herramientas de edición genética se pueden implementar en los programas de mejoramiento de cultivos de cereales para combatir las amenazas graves a la producción agrícola frente al clima cambiante en los próximos años.

Más información en UQ News.

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