“Si las CRISPR se regulan en la Unión Europea como transgénicos afectará directamente a la comunidad científica y a la investigación europea”, afirmó Petra Jorasch (Directora de la European Seed Association, ESA) durante el desarrollo de la jornada ‘Biotecnologías modernas en plantas: innovación en mejora genética’, celebrada el pasado 22 de noviembre en Madrid y organizada por Anove y Fundación Antama.

Según explicó la experta, la innovación en mejora vegetal llevada a cabo por el sector de semillas y obtentores vegetales es necesaria para tratar de hacer frente al cambio climático y al aumento de la población europea manteniendo una agricultura sostenible. Para superar estos retos es necesaria la creación de nuevas variedades vegetales que usen los recursos de forma más eficiente y reduzcan a su vez el uso de fitosanitarios.

Para conseguir estas nuevas variedades vegetales deben utilizarse técnicas de mejora más eficientes para crear una mayor diversidad genética que permita a los distintos cultivos adaptarse a las condiciones de sequía y altas temperaturas en el menor tiempo posible. Petra Jorash afirmó que, como alternativa al uso de la mejora genética tradicional, se están empleando técnicas nuevas de edición genética como las CRISPR. Estas nuevas técnicas consiguen los mismos resultados, pero son más precisas que la mejora por cruzamiento y selección. Además, las nuevas tecnologías consiguen mejorar variedades vegetales en un número menor de generaciones reduciendo también el número de plantas usadas en el proceso, por lo que son más eficientes.

Las tecnologías CRISPR está teniendo un desarrollo enorme en mejora vegetal en distintas especies como maíz, arroz, tomate o patata. Mediante esta herramienta se están tratando de generar cultivos con un gran potencial, por ejemplo: trigo sin gluten. Una de las ventajas es que esta técnica se puede usar en todos los cultivos de interés económico.

La representante de la ESA explicó que actualmente no existe una posición de Europa respecto a cómo deben de ser reguladas las biotecnologías modernas, es decir, si los productos obtenidos por las nuevas técnicas de edición genética se consideran o no organismos modificados genéticamente (OMGs). Petra Jorasch anotó el hecho de que no haya una clarificación legal del asunto en la Unión Europea, es el principal problema a la hora de aplicar estas técnicas. Las consecuencias directas son un retraso europeo en la investigación en este campo y por consiguiente el liderazgo de países como China o EEUU.

Petra Jorasch concluyó diciendo que la mejora vegetal puede aumentar su desarrollo usando la innovación en técnicas de edición genética, y que todas las herramientas deben estar disponibles para lograr las metas del sector agrario; pero, siempre sujetas a una legislación que regule tanto la seguridad, como la salud de los consumidores y la conservación del medio ambiente.

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