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En un una columna de opinión del Wall Street Journal, el biólogo molecular belga Marc Van Montagu (responsable de la creación de la primera planta transgénica y uno de los ganadores con el Premio Mundial de la Alimentación 2013) analiza la situación de los cultivos y alimentos modificados genéticamente (MG) y critica el miedo irracional de determinada parte de la sociedad en base a temores infundados que chocan con la ciencia. Desde su punto de vista la oposición a esta aplicación tecnológica es “ideológica y política” basada en especulaciones sin base científica alguna.

El biólogo belga afirma que “cualquier persona que se preocupe por aliviar el hambre en el mundo y la protección del medio ambiente debe trabajar para eliminar el sesgo ideológico contra los cultivos transgénicos.” Hay que evitar que la sociedad sea engañada con mitos sobre una aplicación tecnológica con gran potencial para afrontar los retos agrarios y alimentarios a los que se enfrenta el mundo actual.

“Ahora los agricultores pueden producir más cultivos de forma más sostenible con un coste mejor. Y todo gracias a los esfuerzos de de científicos de todo el mundo durante el último medio siglo”, explica. Y es que los cultivos MG están presentes en casi una cuarta parte de la tierra agrícola del mundo, sembrados por 17,3 millones de agricultores.

En esta línea resaltó la ironía de que la extrema oposición a los cultivos transgénicos haya dado lugar a una regulación muy rigurosa en la Unión Europea que ha elevado el coste de llevarlos al mercado. “Ahora sólo las multinacionales y los centros de investigación grandes pueden permitirse el lujo de cumplir con los requisitos normativos. Las empresas más pequeñas en los países en vías desarrollo son los más perjudicados”, señala.

La columna de opinión puede ser leída de forma íntegra en el siguiente enlace.

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