Las cosechas de productos biotecnológicos Bt presentan más fauna que los cultivos tradicionales, gracias a la ausencia de insecticidas que atacan a insectos no dañinos para las plantas. Científicos del Centro Nacional de Análisis y Síntesis Ecológicos americano (NCEAS) han realizado un estudio acerca del impacto ambiental a nivel mundial de las cosechas modificadas genéticamente, implantadas desde 1985.

Este informe, publicado por la revista especializada Science, ha trabajado sobre 42 casos reales de cultivos transgénicos para concluir que, con ellos, se reduce el uso de insecticidas, lo que contribuye a mantener una agricultura sostenible. Además de esto, los organismos modificados genéticamente (OMG) permiten un incremento considerable de productividad agrícola, gracias al aprovechamiento de la superficie y, sobre todo, a la eficacia contra insectos destructores.

“Esto es un estudio de campo y el primero de su clase que evalúa la actualidad referente a las cosechas genéticamente modificadas. Los resultados son significativos para la influencia en la tecnología y el futuro de agricultura sostenible,” asegura Peter Kareiva, uno de los científicos más importantes de “The Nature Conservancy”.

El director del NCEAS, Jim Reichman, ha explicado que “este importante estudio revela cómo un análisis a fondo de todos los datos existentes sobre muchos experimentos individuales puede proporcionar una mayor comprensión de una cuestión compleja. El proyecto tenía como objetivo la creación de una base de datos pública: Los Efectos no Objetivo de Cosechas Bt, desarrollado por NCEAS para facilitar a otros científicos sus análisis pertinentes”.

El estudio guiado por Michelle Marvier, biólogo de la Universidad de Santa Clara, California, muestra que las cosechas de productos transgénicos Bt presentan más fauna que las cosechas tradicionales. Esto se debe a la ausencia de insecticidas en el cultivo, que permite la convivencia de los insectos y animales no perjudiciales para las plantas con ellas mismas, a la vez que aseguran un rendimiento mayor de la superficie cultivada. Según el propio líder del estudio “cuando las cosechas Bt son comparadas con cosechas tratadas con insecticidas, las cosechas Bt son bastante mejores”.

El 71% de la superficie de algodón cultivada en EE.UU. está afectada por el uso de insecticidas de espectro amplio. Yves Carrière, entomólogo americano, ha analizado los datos ofrecidos por el NCEAS desde un punto de vista externo, y afirma que “si los insecticidas de espectro amplio son usados comúnmente y las cosechas Bt reducen tal empleo, entonces las cosechas Bt tendrán más impactos positivos en el medioambiente”.

Bruce Tabashnik, especialista en insectos perteneciente a la Universidad de Arizona, ha asegurado que “el agricultor que tenga algodón Bt tiene en sus manos la reducción del empleo de insecticidas” y por lo tanto, el asentimiento eficaz de la agricultura sostenible.

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