Estados Unidos es a día de hoy el mayor mercado de la biotecnología agrícola y los cultivos transgénicos, aunque en el corto plazo se prevé que la región Asia-Pacífico crezca más rápidamente que los estadounidenses. Cada vez más los consumidores de Asia se están moviendo hacia el consumo de alimentos de mayor calidad, cambio que implica un avance hacia la plena aceptación de la utilización de la biotecnología agraria en la producción de estos alimentos.
Según recoge ChileBio en su página web, los cultivos transgénicos representan el sector de más rápido crecimiento en el mercado de la biotecnología agraria. A nivel global, se espera que los cultivos modificados genéticamente vayan aumentando paulatinamente su producción en el futuro (en 2009 un total de 14 millones de agricultores sembraron 134 millones de hectáreas de cultivos transgénicos en 25 países). La soja, el algodón y el maíz son los principales productos modificados genéticamente que se comercializan a nivel internacional.
Teniendo en cuenta los crecientes problemas asociados con la pérdida de cosechas, la escasez de alimentos proyectada para el futuro, el aumento de precios de los alimentos y la escasez de agua, la biotecnología agraria promete aumentar los rendimientos de producción para un planeta cada vez más poblado.
Los cultivos transgénicos permiten a los agricultores obtener mejores rendimientos por hectárea, con resistencia mejorada a enfermedades y plagas, manteniendo los costos de producción a un nivel razonable. Los principales actores en el mercado están tratando de desarrollar nuevos productos garantizando la seguridad de esta industria emergente.
Crece sin parar por la falta de investigación sobre las consecuencias que pueda tener contra la auténtica genética de la Creación Divina y su repercusión en las susceptibles generaciones postreras. Sólo Uno nos hará libres.