Los investigadores de Duke Health (integra el Sistema de Salud de la Universidad de Duke en Carolina del Norte en Estados Unidos) encontraron un enfoque mejorado de CRISPR que amplía su funcionalidad. El hallazgo puede conducir a técnicas más seguras y efectivas para utilizar la tecnología CRISPR como terapia.

“CRISPR es genial, pero hay muchos lugares dentro del genoma humano que no se pueden editar bien”, dijo el autor principal Bruce Sullenger. El CRISPR depende del ARN guía para dirigirlo a la posición correcta en el ADN y permitir la reparación o eliminación en esa ubicación. Con frecuencia, la guía de la molécula de ARN plantea un desafío, ya que el proceso de edición o eliminación no puede continuar porque la molécula de ARN puede no plegarse correctamente o puede dañarse. Cuando eso ocurre, el ARN guía generalmente debe reemplazarse por uno nuevo, y el genoma no puede orientarse correctamente.

El equipo de Duke Health descubrió un método para salvar un ARN guía dañado, que en realidad consta de dos partes que deben funcionar en armonía: una secuencia de ARN que detecta el sitio objetivo del ADN y una secuencia de andamiaje que mantiene la enzima en posición para cortar el ADN en el momento oportuno. Descubrieron varias secuencias de ARN que restauraron la integridad del andamiaje, lo que demuestra que la edición de genes CRISPR es significativamente más flexible de lo que se creía anteriormente.

Más información en la web de Duke Health.

Compartir en redes sociales

Array