Fernando Franco Jubete
C. Ingenieros Agrónomos Castilla León y Cantabria
La intransigencia se escuda habitualmente en la demagogia, en la ignorancia agresiva y en la falta de respeto a la libertad de elegir del prójimo. Los que tenemos cierta edad recordamos la antigua intransigencia frente al divorcio y todos tenemos muy reciente la intransigencia frente al matrimonio homosexual.
Uno de los debates actuales más activos en el mundo de la agricultura es el de la utilización de organismos genéticamente modificados en la producción de alimentos. Nadie discute su uso en medicina (toda la insulina, enzimas, hormonas y la mayoría de las vacunas son transgénicas), en la industria textil (el 60% del algodón utilizado en el mundo es transgénico) o incluso en la alimentación animal (el 100% de los piensos utilizados en España son transgénicos).
Sin embargo, existe un conjunto de personas que se consideran progresistas y se oponen al uso de cultivos transgénicos en España y que incluso han promovido rimbombantes declaraciones de territorios libres de transgénicos (el País Vasco y algunos municipios). Absurdos brindis al sol, porque existe legislación de orden superior que ampara a cualquier agricultor que decida cultivar transgénicos.
A lo largo de la Historia de la Humanidad, los grandes avances científicos siempre se han encontrado en el camino con personas intransigentes que se han opuesto a la evolución y al cambio. El ejemplo más relevante en el mundo agroalimentario es el de Louis Pasteur, el padre de la Microbiología alimentaria y médica, uno de los científicos que más ha aportado a la Humanidad.
En su descubrimiento de los microorganismos que realizan los procesos de fermentación, y en el de los que provocan enfermedades hoy superadas como la rabia, el carbunco o la fiebre puerperal, Pasteur tuvo que enfrentarse a los generacionistas que mantenían en el siglo XIX que de la carne podrida nacían las moscas y que los papeles y trapos sucios creaban los ratones.
Viene todo esto a cuento de un titular que he leído en un periódico local que decía lo siguiente: “Está demostrado que a medida que crecen los cultivos transgénicos, también crece el hambre en el mundo”. Era la conclusión de un seminario de Agricultura Ecológica que debió reunir sólo a intransigentes de los que no admiten la coexistencia de los cultivos ecológicos con los convencionales y los transgénicos. Reflexionen Ustedes sobre la relación que existe entre la decisión de los agricultores de sembrar o no semillas transgénicas y el hambre en el mundo. Ninguna y en todo caso opuesta a la tésis intransigente.
Un ejemplo. En la India y China 100 millones de personas viven del cultivo del algodón. En el año 2007 en la India, 3,8 millones de pequeños agricultores cultivaron 6,2 millones de hectáreas de algodón transgénico resistente a plagas, en 1,65 hectáreas por explotación. También en 2007 en China, 7,1 millones de agricultores cultivaron algodón transgénico en 0,59 hectáreas por explotación. El grado de confianza de los pequeños agricultores indios y chinos en el algodón transgénico se debe a que han duplicado sus rendimientos, reducido los tratamientos insecticidas y sobre todo a que han dejado de pasar hambre.
La coexistencia en agricultura es ancestral y uno de sus fundamentos, porque la libertad del agricultor a elegir sistema de cultivo, especie y variedad a sembrar y técnica de cultivo a emplear, es consustancial al hecho agrícola. Sin embargo, hay quien defiende sus posturas en contra de la coexistencia agrícola con la demagogia más falsa y gratuita.
Fernando Franco Jubete / Colegio de Ingenieros Agrónomos de Castilla y León y Cantabria / [email protected]
[…] técnico del equipo del Departamento de Agricultura en Filipinas, Saturnina Halos, afirmó que “la agricultura ecológica es cara” y no puede dar soluciones ante los retos alimenticios del futur…, por todo esto “la producción ganadera es totalmente dependiente a los cultivos […]
Como sois capaces de hacer tanta demagogia?
Eso esta demostrado: los cultivos tradicionales se ven contaminados por los transgenicos ¿donde queda el derecho de los que no queremos usarlo?
Los transgenicos y monocultivos son la antitesis de la soberania alimentaria que es la que puede garantizar tierra y alimentos para todos… El 60%de las semillas en manos de pocos empresas (principalmente2)y semillas caducas…Parece ke no hay perspectiva historica, no iban a reducir el hambre…con la revolucion verde etc… Mienten por llenar los bolsillos de unos pocos
Podeis ver analisis independientes tambiewn de ingenieros agronomos!! ke dicen lo contrario. A kien le interese solo tiene que buscar en la red (plataforma rural, antitrasgenicos plataforma, sobernaia alimentaria…)
Salud
Karlos, demagogia es citar como fuente ‘plataforma antitransgénicos’, ‘soberanía alimentaria’, o incluso atreverse a citar a Greenpace. La polinización entre cultivos ocurre con los transgénicos, con los convencionales y con los ecológicos (llamarlo ‘contaminación’ es otro alarde de demagogia), y para ello hay normas de coexistencia para una convivencia armoniosa. Los transgénicos no son el final hambre (eso lo dices tú), es una vía clave para luchar contra ella, pero sólo con los transgénicos no podemos acabar con un problema de este calibre!!
Karlos, por favor, el demagogo aquíeres tú. Esto es un artículo firmado por un ingeniero agrónomo que no es ‘verdad absoluta’, es una artículo de opinión!! Lo que pasa es que en este caso lo que esgrime es apoyado por la ciencia (no cualquier informe publicado es válido, ha de ser corroborado por la comunidad científica -investiga la base de tus amigos de las plataformas antitransgénicos-).