El Instituto madrileño de Formación Profesional Virgen de la Paloma fue el escenario de las primeras Jornadas en Biotecnología e Innovación educativa en Formación Profesional (FP) celebradas el pasado 17 de marzo para alumnos y profesores de los institutos de Madrid con ciclos formativos de Química, Sanidad, Industrias Alimentarias y Agraria. En ellas, más de 160 entre estudiantes y profesores, abordaron la realidad del sector biotecnológico de la mano de expertos en la materia. El acto fue inaugurado por Gustavo Adolfo Martínez, subdirector de FP de la Comunidad de Madrid, y contó con la presencia del director del Instituto Virgen de la Paloma, Ángel Ledesma.
La jornada contó con las ponencias de Alfonso Mateos, profesor de Químicas del Instituto Virgen de la Paloma; Enrique Espí Guzmán, consultor del centro de Tecnología de Repsol; Francisco García Olmedo, miembro de la Real Academia Española de Ingeniería; Montaña Cámara Hurtado, Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense; Carmen Vela Olmo, Presidenta de Sebiot; y Juan Quintana Cavanillas, Director de la Fundación Antama.
Enrique Espí expuso las investigaciones que desde su compañía se están realizando para desarrollar biocombustibles de micro algas a través de mejora genética. Por su parte, Juan Quintana fue presentó la situación mundial de los cultivos transgénicos, un panorama en el que cada vez más países apuestan por esta tecnología (15,4 millones de agricultores en todo el mundo) mientras que Europa sigue estando en el vagón de cola.
Francisco García Olmedo analizó el papel de la agricultura y sus consecuencias en el entorno. “La agricultura ha sido y será contraria al medio ambiente desde que se inventó, cuanto más primitiva más contraria”, explicaba. “Con la Biotecnología podemos hacer frente a los retos de producir más en la misma superficie y producir de una forma más respetuosa con la naturaleza”, matizaba.
Por su parte, Montaña Cámara analizó el papel de la Biotecnología en la alimentación, una tecnología que permite mejorar el valor nutritivo de los alimentos y que es controlada con los exámenes más rigurosos a los que se somete ningún alimento a día de hoy. Cada producto comercializado con contenido transgénico lleva implícito un sistema de trazabilidad en el que, después de recibir el visto bueno científico y ser comercializado, se sigue controlando por si se diera algún efecto no deseado. A día de hoy no se ha dado ni un solo caso de alerta por este motivo.
Como broche final, Carmen Vela profundizó en la percepción social de esta tecnología que en muchas ocasiones, al no ser entendida por el ciudadano, es vista negativamente. “Tenemos que crear complicidad entre los científicos y el ciudadano, acercarnos a ellos. Hay que salir del laboratorio para comunicar”, matizaba.