La morfogénesis es el el proceso biológico que lleva a que un organismo desarrolle su forma en los procesos ontogénicos o regenerativos. Este es el proceso que han analizado investigadores del John Innes Centre (Reino Unido), descubriendo cómo las plantas consiguen su morfología. El trabajo, dirigido por la Dra. Alexandra Rebocho y sus colegas en el laboratorio del Profesor Enrico Coen, podría tener amplias implicaciones en la comprensión de cómo las plantas desarrollan las formas vegetales complejas. La comprensión de cómo los genes influyen en la formación de la morfología de la planta conduciría a variedades de cultivos mejor adaptadas y con mayor rendimiento.
Una de las teorías predominantes sobre cómo se desarrollan las formas vegetales complejas, sobre las que se construye esta nueva investigación, es la teoría de la “resolución de conflictos de tejidos”. En teoría, los resultados del crecimiento dependen de los tejidos. En aislamiento, las regiones de tejido individuales crecen igualmente en todas las direcciones o se alargan en una dirección preferida. En la realidad, las regiones tisulares no ocurren en aislamiento, pero la adherencia y la cohesión entre las regiones adyacentes hacen que los tejidos se doblen, se curven o se doblen a un estado de compromiso.
Los tres tipos propuestos de resolución de conflictos tisulares son superficiales y direccionales. La nueva investigación proporciona evidencia para la tercera categoría: conflicto direccional. Los tejidos, o colecciones de tejidos, pueden tener un conjunto de direcciones o “campo de polaridad”, que es causado por la distribución asimétrica de proteínas dentro de las células. Un ejemplo de respuesta a esta direccionalidad es cuando las plantas crecen más rápido en paralelo o perpendicular al campo de polaridad local.
[FUENTE: John Innes Centre]