El pepino (Cucumis sativus L.) es una planta herbácea de la familia de las cucurbitáceas, trepadora y con tallos pelosos. Las raíces son largas y finas con poca ramificación. Normalmente tienen flores de ambos sexos, tanto masculinas como femeninas. Aunque la mejora genética ha dirigido sus investigaciones a conseguir una planta con solo flores femeninas, lo hace que aumente la producción  por planta.

Pepinos, Hortalizas, Verde, Saludable, Fresco, ComerEs una planta d e producción anual., la producción mundial en 2018 supera las 75 millones de toneladas.  En España se cultiva uno de cada cuatro pepinos que se producen en la Unión Europea (UE), siendo el mayor productor europeo de esta hortaliza. Si bien el país que obtiene un mejor rendimiento es Holanda con 73’58 kilos por metro cuadrado, ocho veces más que España, según la FAO.

En el sur de España, concretamente en Almería, se producen pepinos durante el invierno europeo, abasteciendo los mercados de Europa hasta que empiezan las producciones locales y de otras zonas.

El principal problema de su producción

El principal problema al que se enfrentan los productores es a la presencia de plagas en los invernaderos. En los cultivos abundan numerosas plagas y enfermedades como la Pseudoperonospora cubensis (más conocida como el “mildiú polvoriento”), el tizón de tallo gomoso u hongos del género Fusarium.

Dado que la producción de esta hortaliza esta muy extendida, las plagas son muy heterogéneas de un cultivo a otro, de hecho, no solo existe una variación de estas plagas por tipo de pepino, sino también por región, temporada o forma de cultivo.

La solución más efectiva

La herramienta más extendida ha sido siempre el uso de plaguicidas o insectos depredadores de aquellos dípteros que puedan ocasionar problemas. Pero dada la heterogeneidad presente en los últimos años, es necesario un planteamiento distinto para la prevención de estas plagas: la generación de resistencias.

La producción de variedades de pepino con resistencias al mildiú polvoriento resulta a día de hoy imprescindible. La mayoría de las resistencias heredadas se incorporan en los programas de reproducción. Las resistencias a nuevas enfermedades son generalmente poligénicas, a menudo con interacciones entre distinto genes individuales y, como resultado, son incompletas.

Un inconveniente de la generación de resistencias es la heterogeneidad de las plagas dependiendo de la región y el clima. Por ejemplo, en España están introduciendo resistencias a mildiu polvoriento, al “virus del mosaico verde”, o al “de la hoja del tomate” ya que son aquellas que más preocupan a nuestra producción. El virus del rizo de la hoja del tomate es una nueva plaga que apareció hace unos tres años y el único control posible a día de hoy es la del control de su vector, la mosca blanca Bemisia tabaco.

El futuro de la biotecnología

El desarrollo de variedades con resistencia genética a estas enfermedades es un objetivo a medio plazo. Es muy difícil proporcionar una estimación del tiempo y el coste necesarios para producir una variedad. Se basa en muchos genotipos y sus combinaciones, que se prueban y evalúan continuamente. Desde la adquisición del germoplasma inicial hasta la comercialización de una variedad distinta puede llevar hasta 10 años.

Sin embargo, el uso de nuevas herramientas biotecnológicas y de ingeniería genética puede acortar estos tiempos. El uso de líneas dobles haploides, herramientas moleculares como marcadores ligados a genes de interés, bioensayos de resistencia o CRISPR son comunes en diferentes programas.

Estas herramientas mejorarán el rendimiento y el potencial de los cultivos, pero su uso depende del enfoque legislativo que les den a estas prácticas. Es necesario que, además de seguir investigando esta tecnología, los aspectos básicos deban explicarse lo suficientemente bien para facilitar el discurso público racional. Solo así se aumentará la confianza del público en la seguridad y las ventajas de los cultivos.

 

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