El secretario general de ASAJA en Castilla y León, José Antonio Turrado, ha opinado hoy que el uso de los cultivo transgénicos es “inevitable” e “imparable” en todas las partes del mundo, y ha aseverado que “lo único que procede” es que siga habiendo controles para garantizar su inocuidad.

En una carta dirigida a los medios, Turrado ha criticado la postura contraria a los cultivos transgénicos de Europa”, pues “mientras aquí se priva a los agricultores de herramientas eficaces para producir más, de mayor calidad y más barato, se obliga a abrir las fronteras a materias primas producidas con semillas transgénicas en el resto del mundo.

El pasado 18 de abril, cerca de cinco mil personas participaron en Zaragoza en una manifestación para decir “basta ya” de agricultura transgénica y pedir al Gobierno de España que “reaccione” y prohíba el uso de semillas transgénicas en el país.Para Turrado, “quienes tanto empeño ponen en salvar a la humanidad de los perversos efectos de los alimentos transgénicos, no valoran que estos puedan ser la única solución real al problema del hambre en todo el mundo”.

Turrado ha espetado que los grupos que se manifiestan contra los cultivos transgénicos no se plantean que alimentar a los habitantes de todo el planeta sin utilizar prácticas de deforestación es “imposible, salvo incrementando la productividad de las explotaciones mediante la tecnología transgénica”.

Ha recordado que estos movimientos “antitodo” no se oponen a técnicas de manipulación genética cuando la utilización es en el campo de la biomedicina o biotecnología en general”.

“No aportan datos evidentes de perjuicios para la salud”, ha señalado Turrado, quien ha indicado que “con esta tecnología se evitaría cada año utilizar millones y millones de pesticidas contra las malas hierbas y las plagas que asuelan los cultivos”.

García ha revocado este argumento, ya que cualquier cultivo transgénico provoca que los agricultores usen más productos fitosanitarios para eliminar determinadas sustancias perjudiciales a las que son más resistentes.

En este sentido, ha informado de que algunos de los genes que se aplican a cultivos transgénicos, como el maíz denominado MON 810, para hacerlo más resistente a las plagas, son posteriormente consumidos por los humanos, a pesar de “estar demostrado que es perjudicial para la salud humana”.

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