ASAJA pidió el pasado viernes a los Ministros de Medio Ambiente de la UE que dejen de poner freno al avance biotecnológico y permitan a los productores comunitarios competir con el resto de potencias mundiales, ya que Europa tiene la puerta abierta a producciones transgénicas del resto del mundo.

En un comunicado explica que la próxima semana el Consejo de Ministros de Medio Ambiente de la UE tiene previsto revisar el proceso de autorización de los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) y se baraja la posibilidad de incrementar los requisitos para estos permisos y que pese a que no hay consenso entre los 27, el texto debe aprobarse por unanimidad.

Añade que actualmente, y desde que en 2004 acabara la moratoria contra la aprobación de transgénicos, los países miembros de la UE no han conseguido la mayoría suficiente para sacar adelante ni un solo expediente de nuevas autorizaciones.

Insiste en que en los casos de los nuevos OGM autorizados ha sido la propia Comisión Europea la que los ha aprobado, al no existir consenso ni a favor ni en contra por parte de los países.

Asaja destaca que mientras tanto la superficie mundial de transgénicos crece cada año y se acerca ya a los 120 millones de hectáreas, con Estados Unidos como principal productor con casi 60 millones de hectáreas, seguido de Argentina, con 20 millones; Brasil, Canadá, India, China, Paraguay y Sudáfrica. En total son 23 los países que cultivaron transgénicos en 2007, siendo el maíz, la soja y el algodón los cultivos que experimentan el mayor crecimiento.

Por lo que respecta a la UE, Asaja hace hincapié en que su papel en la producción de estos cultivos sigue siendo testimonial a nivel mundial (a pesar de que España es el primer productor comunitario con alrededor de 75.000 hectáreas de maíz Bt) y los productores comunitarios están frenados por las decisiones políticas, mientras que se realizan importaciones masivas de productos transgénicos procedentes de todas partes del planeta.

Por otro lado, Asaja expresa su satisfacción ante la decisión de la Comisión de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca del Congreso de los Diputados de rechazar la proposición no de ley presentada por el grupo parlamentario de Ezquerra Republicana-Izquierda Unida- Iniciativa per Catalunya Verdes que solicitaba que todo el territorio español se declarara zona libre de cultivos transgénicos.

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