En 2006 se han cultivado en todo el mundo 102 millones de hectáreas de variedades mejoradas genéticamente, por 10,3 millones de agricultores. Se trata del segundo crecimiento más alto de los últimos cinco años

(Madrid, 18 de enero de 2007).- La fundación Antama destaca la creciente aceptación de la biotecnología aplicada a la agricultura, que queda demostrada por los datos del Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agro-biotecnológicas (ISAAA), que muestran que en 2006 se han sembrado 102 millones de hectáreas de cultivos mejorados genéticamente, frente a los 90 millones de hectáreas del año anterior. Asimismo, resalta los beneficios para el medio ambiente, agricultores y consumidores que conlleva el empleo de variedades biotecnológicas, y recuerda que en 2006 se cultivaron en España 53.667 hectáreas de maíz Bt, un 0,8% más que el año anterior, lo que demuestra la progresiva consolidación de este cultivo.

Teniendo en cuenta la reducción de superficie de maíz grano durante 2006, en España el maíz Bt ha ocupado un 14,8% de la superficie global de maíz grano, 362.215 hectáreas, representando un crecimiento del 2% frente al 12,8% del año 2005: 53.226 hectáreas de maíz Bt y 417.269 hectáreas de maíz en total.

El presidente y fundador del ISAAA, Clive James, ha mostrado hoy las cifras correspondientes al área global cultivada en el mundo con variedades mejoradas genéticamente. Un total de 102 millones de hectáreas fueron cultivadas con transgénicos en 2006, por 10,3 millones de agricultores, batiendo la marca de los 100 millones de hectáreas y alcanzando el segundo crecimiento más alto de los últimos cinco años.

Siete países europeos cultivaron transgénicos en 2006: Rumanía sembró unas 115.000 hectáreas de soja mejorada genéticamente, seguida por España, que ocupó 53.667 hectáreas con variedades biotecnológicas, según datos del Ministerio de Agricultura. Les siguen Francia, con 5.000 hectáreas de maíz resistente a insectos; República Checa, que cultivó 1.290 hectáreas de maíz Bt; Portugal, con otras 1.250 hectáreas, también de variedades transgénicas de maíz y, por último, Alemania, con 950 hectáreas y Eslovaquia, que ha sembrado un área de 30 hectáreas de maíz Bt, en su primer año de plantación comercial.

El hecho de que cada vez sean más los agricultores que deciden cultivar en todo el mundo variedades modificadas genéticamente es un gran paso adelante en el desarrollo de las nuevas tecnologías aplicadas a la agricultura. Esta decisión les permite aumentar su competitividad e incrementar sus producciones con las que satisfacer las necesidades alimentarias y de piensos de sus países de origen.

Por ello, Antama reclama un mayor dinamismo y rapidez en el proceso de regulación de nuevas variedades en la Unión Europea, para que millones de agricultores aseguren su competitividad y los consumidores puedan disfrutar de sus beneficios. Así, apuesta por que los Gobiernos de los estados pertenecientes a la UE tengan en cuenta los informes y dictámenes existentes al respecto, elaborados por instituciones como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

Compartir en redes sociales

Array