La Fundación del Món Rural organizó un ciclo de jornadas sobre transgénicos desde el punto de vista de la investigación, la comercialización y el debate social.

“Los cultivos de transgénicos han aumentado un 12% a nivel mundial entre 2006 y 2007″, según indicó Jaime Costa, de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio). Esta afirmación la realizó Costa como uno de los ponentes de la jornada Organismos modificados genéticamente: el debate político que ha cerrado el ciclo Los OGM: ¿sabemos lo suficiente? Está organizado por la Fundación del Mundo Rural (FMR). El acto tuvo lugar el día 21 en el Instituto de Estudios Catalanes y ha reunido a varios ponentes en una mesa redonda de debate, entre los que podíamos encontrar opiniones favorables y contrarias a los organismos modificados genéticamente.

Por su parte, Cinta Barrachina, de la OCUC, afirmó que su organización, aunque está abierta a todo tipo de información, muestra un rechazo hacia los organismos modificados genéticamente, no ya tanto por motivos de efectos en la salud o el medio ambiente como por los efectos socioeconómicos que consideran que tienen.

Jaime Costa citó el continuo crecimiento de los cultivos transgénicos y la apuesta de muchos productores de diferentes países como uno de los puntos a favor de este sistema de mejora genética y recordó que en Europa hay un cuidadoso sistema de control sobre los posibles efectos ambientales y sobre la salud que asegura que las variedades actualmente en el mercado no suponen ningún peligro. También resaltó los beneficios que desde su punto de vista tienen los organismos modificados genéticamente, ya que reducen el número de pesticidas aplicados a los cultivos en 285,7 millones de kg y las emisiones de CO2 en 14,7 millones de tm en los últimos diez años.

Por su parte, Robert Jaimejuan, de la Asociación campesina JARC, reclamó el derecho del agricultor a decidir qué tipo de cultivo quiere plantar y destacó que no se han demostrado aún que los OMG tengan efectos negativos. Afirmó que los transgénicos suponen una ventaja para el agricultor para aumentar la producción, reducir los costes y ser resistente de manera eficaz, en el caso concreto del maíz, la plaga de taladradores. También se mostró favorable a una normativa de coexistencia que garantice el derecho del agricultor a cultivar producción modificada genéticamente, ecológica o convencional.

El periodista José Luis Gallego resaltó la importancia de los medios de comunicación a la hora de explicar qué son los transgénicos, qué implican, qué efectos tienen sobre la salud y el medio para garantizar que la pluralidad de discursos sociales que se dan estén reflejados.

Por su parte, Mónica Ros de ASFAC, resaltó que los estándares de seguridad son altos en la Unión Europea y explicó que el de los piensos fabricados con soja, que se puede comercializar pero no cultivarse en España, y maíz es uno de los sectores con mayor presencia de transgénicos. En este ámbito, además, hay una creciente dependencia del exterior ya que gran parte se importa porque Cataluña es deficitaria en la producción de materia prima para la elaboración de piensos. “Sólo un 5% de los piensos que llegan al puerto de Barcelona contienen menos de un 0,9% de contenido en OMG”, afirmó Ros.

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