Ayer se celebró en Madrid la segunda edición del ‘Beer Technology’ de la Asociación de Comunicadores de Biotecnología (AcB), un encuentro en el que los profesionales debaten sobre las relaciones públicas e institucionales en biotecnología y el momento adecuado para comunicar. Un debate centrado en dos ramas de la biotecnología, la verde y la roja. Para hablar de la primera acudió como invitado Jaime Costa (Director de Ciencias Regulatorias en Monsanto Agricultura) y para hablar de la segunda Irene Tato (directora de la Agencia SC, Salud y Comunicación). Un encuentro en el que se puso en relieve que el mayor reto de la biotecnología es saber comunicar conceptos completos consiguiendo que la sociedad se consciente del valor de la innovación en sus vidas.
BIOTECNOLOGÍA VERDE
Jaime Costa comenzó resaltando uno de los retos de la comunicación sobre biotecnología verde, y es que “los alimentos naturales han sido mitificados, a veces se ensalzan incluso desde dentro de la industria, cuando realmente no existen, todo ha sido modificado por el hombre desde que se inventó la agricultura”.
“Contamos con 19 años de uso creciente extensivo de cultivos transgénicos en el mundo sin ni un efecto adverso derivado de la modificación genética ya sea para el medio ambiente o para el ser humano (…) Hay productos como la soja, que es esencial para la alimentación del ganado, que en su mayoría, el 80% del total, procede de variedades modificadas genéticamente. En el algodón estamos cerca del 70% y en el maíz superamos el 30%”, explicó.
En cuanto a comunicación, Jame Costa compartió los esfuerzos de las compañías que comercializan semillas biotecnológicas “por comunicar a los agricultores el correcto uso de estos productos. Para ello en cada saco de semillas se incluyen guías donde se indica lo que debe hacer el agricultor para no generar resistencia en las plagas a esta modificación genética, el resguardo de trazabilidad del agricultor y recomendaciones para no tener problemas de coexistencia. También hemos hecho comunicación a la administración y al público en general.
BIOTECNOLOGÍA ROJA
Irene Tato reconoció que el sector de las farmacéuticas arrastra mala imagen y que cuesta mucho cambiar esa imagen. “Ocurre lo mismo que con los transgénicos, la industria farmacéutica tiene que luchar contra grupos que dañan su imagen y que nos obligan a destinar muchos recursos en contrarrestar esos argumentos (…) Todas las industrias farmacéuticas en algún momento han tenido situación de crisis con algún producto o grupos de interés”, reconoció.
En su exposición también resaltó la mala imagen que tienen los lobbies, un concepto que “suena mal” pero que hay que “desmitificar” ya que son “asociaciones absolutamente transparentes” con una labor de comunicación vital. Y resaltó la dificultad de comunicar a los políticos, ya que son un grupo complicado porque están escuchando muchos intereses diversos, a la vez tienen sus intereses propios, es un grupo cambiante y que al final no se mojan aunque haya evidencia científica delante (…) Hay muchos políticos que no tienen formación especializada sobre el tema”.
Irene tato explicó que para comunicar bien sobre biotecnología roja hay que “tener muy claro a quién vas a comunicar, el escenario en el que te estás moviendo, hay que preparar muy bien los mensajes, conseguir que los interlocutores tengan la credibilidad suficiente y exigir máxima colaboración”.
Desde luego pasamos un buen rato :)