Las plantas carnívoras usan a los animales como fuente nutricional, lo que ha generado desde hace años preguntas sobre su origen y la evolución de sus rasgos carnívoros. Para investigar las bases moleculares de las plantas carnívoras, un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado (Estados Unidos) secuenció el genoma de la planta carnívora conocida como “el jarrito enano” (Cephalotus follicularis). En un estudio anterior del mismo equipo habían logrado regular el cambio de desarrollo entre las hojas carnívoras y no carnívoras de la planta.

Los investigadores encontraron cambios en el genoma de la planta vinculados a características claves de plantas carnívoras, tales como la atracción de presas, captura, digestión y absorción de nutrientes. Genes relacionados con las defensas y el estrés se reconvirtieron para que estas plantas pudieran digerir insectos. Además, se ha visto que grupos de proteínas que en origen intervenían en el sistema defensivo del Cephalotus follicularis contra patógenos o para lidiar con el estrés vegetal ahora se dedican a producir enzimas digestivas.

También analizaron el fluido digestivo de otras tres plantas carnívoras diferentes. El estudio concluyó que las enzimas digestivas surgidas por separado a menudo incluyen componentes genéticos similares, a pesar de que los linajes se hubieran dividido hace más de 100 millones de años. Existe un alto grado de evolución convergente, fenómeno en el que los organismos distantes terminan con formas y funciones similares, consiguiendo respuestas similares a los desafíos medioambientales.

El alto grado de evolución convergente también sugiere el uso de vías evolutivas comunes en los linajes de plantas carnívoras desarrolladas independientemente y que sólo podría haber unas pocas vías evolutivas disponibles para que las angiospermas se conviertan en carnívoros.

[FUENTE: Nature Ecology and Evolution]

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