La Comisión Europea (CE) alerta de que el retraso en la aprobación de modificaciones genéticas dentro del espacio comunitario compromete y complica el futuro de la ganadería europea. A su juicio, este fenómeno podría provocar altas subidas en el precio de la carne, fuertes pérdidas económicas y la deslocalización de la producción ganadera, en caso de que la UE no modifique su postura actual hacia los organismos modificados genéticamente (OMG).

En este sentido, la Comisión reconoce la urgencia de avanzar en estos trámites para que Europa no se quede atrás en el desarrollo biotecnológico mundial, según recoge en un informe titulado Economic impact of unapproved GMOs on EU feed imports and livestock production .

España sería uno de los países más afectados por esta demora, junto con el Reino Unido, Irlanda, Países Bajos y Portugal. El hecho es que existe una lista de 45 solicitudes pendientes de aprobación bajo el Reglamento 1829/2003, que desde abril de 2004 regula las autorizaciones para uso en alimentos y piensos de las plantas modificadas genéticamente.

Estados Unidos, Argentina y Brasil son tres potencias exportadoras de maíz y soja transgénicos con destino a la Unión Europea. En estos tres países, las aprobaciones de modificaciones genéticas avanzan a mayor velocidad que en la UE, cuya legislación le impide importar cualquier traza de OMGs que no ha aprobado. En consecuencia, según este estudio, la encrucijada es la siguiente: o Europa acelera el ritmo de aprobaciones de modificaciones genéticas o interrumpe las importaciones, con las graves consecuencias económicas que esa decisión acarrea: subidas en el precio de la carne, pérdidas económicas y deslocalizaciones de la producción ganadera.

Como muestra, en 2006 la UE importó unos 5,5 millones de toneladas de maíz o sus fracciones, como el gluten, y las importaciones de soja sumaron 34 millones de toneladas. El impacto económico de no contar con estas cantidades para consumo animal sería destacable. Por ello, y “desde un punto de vista económico, la UE obtendrá beneficios si puede asegurar una mayor flexibilidad en el mantenimiento de las importaciones de diferentes países, limitando y rechazando el potencial impacto de asincrónicas aprobaciones de OMG”, recoge el informe.

Así, emplaza a “examinar si existen modos de acelerar el procedimiento de las autorizaciones en la UE sin comprometer los altos niveles y validez del asesoramiento en cuanto a riesgos”.

Por otra parte, el informe detalla que, dado que la producción ganadera europea supone aproximadamente el 40% del total del valor de la producción agrícola, una pérdida en la competitividad del sector ganadero comunitario “podría tener implicaciones importantes en los ingresos de la agricultura y en el empleo, con repercusiones en las industrias e incrementos significativos en los precios de la carne para el consumidor”.

Para terminar, el estudio de la CE muestra que dos de los grandes exportadores de soja a la UE, como son Brasil y Argentina, hasta ahora han ido esperando a las aprobaciones de nuevas modificaciones genéticas que iba realizando Europa para proceder a sus exportaciones. Pero la CE alerta de que, si las aprobaciones de la UE continúan demorándose, los dos países sudamericanos dependerán menos del mercado europeo, ante el surgimiento de China como nuevo gran importador de soja.

La Federación europea de fabricantes de piensos (Fefac) y el Comité de comercio de cereales, piensos y oleaginosas , entre otros (Coceral) aplauden las conclusiones del informe y urgen a las instituciones comunitarias a redirigir el proceso de aprobaciones. Asimismo, urgen a los Estados Miembros a votar a favor de las aprobaciones de cultivos mejorados genéticamente que previamente han recibido el respaldo de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en sus siglas en inglés) a través de su asesoramiento científico. Además, comparten la necesidad de mejorar el sistema de aprobaciones de modificaciones genéticas en el seno de la UE en pos de un funcionamiento más eficaz.

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