Agustín Mariné, presidente de la Asociación General de Productores de Maíz de España (AGPM) y experto agrícola que lleva 40 años en el sector, ha presentado El enigma de la agricultura, un libro autobiográfico que recoge artículos que responden a temas actuales y que preocupan al sector agrícola. El evento se ha celebrado en la Escuela de Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid. Francisco García Olmedo, Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Escuela y Jesús Vázquez, director de la misma, acompañaron y presentaron a Mariné.
Durante su ponencia, Mariné lamenta que “la actividad agraria está continuamente amenazada y hay que contraatacarla con argumentos” y defiende la idea de que la agricultura productiva es necesaria para comer y para usos energéticos, entre otras cosas. Asimismo, añade que, ante todo, él se considera un agricultor y que “hay que tener un espíritu crítico y poder enfocar las cosas; ese es el sentido del libro”.
El presidente de la AGPM señala que las funciones agroenergética y agroalimentaria son dos mercados que se equilibran entre sí y que la agricultura productiva tiene una externalidad: la de equilibrar las variables medioambientales. A través de la biotecnología se puede ayudar a paliar problemas del medio ambiente como el aumento del nivel de los océanos, la desertización y el cambio climático. Según Mariné, España podría reciclar el 85% de las emisiones de carbono totales si se optimizaran los recursos, si la gente se informara y concienciara debidamente. Por ello, califica a la agricultura como un “servicio público de primera magnitud”.
Acerca del agua, el ponente dice que la agricultura la filtra, la evapora y la prepara para la nueva lluvia, igual que lo hace la misma naturaleza y afirmó que “el agua de la agricultura es capital; una fuerza para equilibrar el clima”. De cada 3 litros de lluvia, 1’8 procede de la evaporación de la cobertura de las plantas, asevera.
Agustín Mariné remata su discurso con su defensa hacia la biotecnología. Entre otras cuestiones, afirmó que existen “suelos salinos que se pueden aprovechar mediante la biotecnología con plantas resistentes a la salinidad” e informa de que ya existen tomates con estas propiedades. La conclusión a la que el presidente de la AGPM llegó fue contundente: “hay una esperanza de reequilibrar el clima. La solución existe si la sociedad se compromete”.
Por su parte, el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Escuela de Agrónomos, Francisco García Olmedo, repasa la trayectoria del autor del libro destacando su cariz emprendedor e inquieto, e hizo hincapié en que El enigma de la agricultura es un “testimonio cívico” de alguien que, profesionalmente, no se dedica a la escritura, pero que tiene una “experiencia rica” que quiere transmitir a la sociedad y, así, lograr “expresar con rigor lo que piensa”. Por último, alaba la “postura racional” del presidente de la AGPME con respecto a la biotecnología.
El objetivo del autor de El enigma de la agricultura es proporcionar ideas para el debate en torno a esta actividad, que se ha visto “profundamente sacudida por un imparable deterioro” de los productos y una retahíla de nuevas obligaciones y reglamentos.
Mariné afirma que “la idea es la de aportar unas bases que justifiquen la legitimidad de nuestro sector, y su derecho a seguir existiendo sin avergonzarse”. El autor destaca que esta colección de reflexiones sobre agricultura y ganadería “tiene el ánimo de profundizar en una realidad que, como principales actores, nos ha tocado vivir. Amar nuestra profesión y vivir de ella, he aquí el reto que tenemos ante nosotros”.