La Comisión Agraria de las Cortes de Aragón apoyó el pasado lunes 7 de abril de 2008, con el único voto en contra del representante de la Chunta Aragonesista, una proposición no de ley presentada por el Partido Popular en la que se pide que el gobierno provincial se dirija al central para gestionar, a nivel europeo, que se agilice “al máximo” la aprobación de nuevas variedades de maíz modificado genéticamente, según informa AgroCope.
El diputado popular, Joaquín Salvo, llamó la atención sobre la escasez de maíz existente actualmente para alimentar al ganado aragonés y la necesidad de exportar materias primas que proceden, muchas de ellas, de semillas modificadas genéticamente. A su juicio, al no crecer la superficie cultivable, la única solución existente es la de aumentar la productividad por hectárea, algo que se consigue a través de estas variedades transgénicas.
Cualquier medida en este sentido, no obstante, deberá estar avalada por las instituciones de salud alimentaria, precisó Salvo, quien resaltó que entrar en estos cultivos es “progreso”, siempre que se respeten todos los condicionamientos ambientales o biológicos y siempre que se garantice, también, la salud humana.
En esta línea pidió la eliminación de “tantas trabas e inconvenientes” existentes en la Unión Europea a la hora de aprobar nuevas licencias, algo que “limita las posibilidades” de cubrir las propias necesidades “a precios ventajosos”.
Por su parte, el diputado de la Chunta Aragonesista, Chesús Yuste, criticó la incoherencia del Partido Socialista y el Partido Aragonés al apoyar esta iniciativa, porque entra en contradicción “con el principio de precaución” y estimó que estos grupos no pueden decir que sienten preocupación por el impacto de los transgénicos y apoyar esta iniciativa.
El aragonesista Joaquín Peribáñez, por su parte, insistió en que el asunto es “tremendamente serio” y que el único objetivo al apoyar la propuesta es saber si se pueden utilizar estos productos o no de forma segura.