África confía en que los cultivos mejorados genéticamente para resistir la sequía sean comercializados próximamente en el continente, para que puedan contribuir a paliar uno de los mayores problemas –el de la falta de agua- que asolan a esta parte del mundo, cuajada de países pobres y en vías de desarrollo. En concreto, maíces transgénicos con esta característica están siendo ensayados en Sudáfrica, y Egipto prevé su comercialización en los próximos 3 años. Éstas son las principales conclusiones que se desprenden del informe “The role of agricultural biotechnology in hunger and poverty alleviation for developing countries”, publicado por los catedráticos sudafricanos M. O. Makinde, J. R. Webster, N. Khumalo y P. Keetch.
En el informe se recoge que, lejos de cumplir los objetivos marcados en la cumbre sobre alimentación mundial celebrada en 1996, en la que se prometía reducir a la mitad el hambre en el planeta en los diez años siguientes, actualmente hay más población hambrienta que entonces, y la cantidad de personas que sufren esta lacra aumenta en 4 millones cada año. “Se necesitan nuevos objetivos para asegurar una producción de alimentos sostenible en los países en vías de desarrollo, sobre todo en África”, donde se encuentran 35 de los 50 países menos desarrollados del planeta, la gran mayoría dependientes de la agricultura.
Los autores del estudio recuerdan que una buena solución puede ser la adopción de la biotecnología agraria, y aluden a la superior producción de las variedades de algodón y maíz mejoradas genéticamente (MG), que permiten asimismo un uso reducido de insecticidas y, por tanto, menos problemas para la salud. Dos agricultores sudafricanos explican su experiencia con los cultivos transgénicos: “Planto maíz transgénico Bt (protegido contra la plaga del taladro) porque ha incrementado mi cosecha y mis beneficios. Gano 430 euros más con un cultivo Bt que con uno que no lo es”, señala Motlasi Musi. Otro pequeño agricultor, Thandiwe Myeni, añade: “Obtengo más del doble de la producción por hectárea de mis cultivos Bt en comparación con los convencionales; también ahorro en pesticidas”.
Posiblemente la sequía sea uno de los mayores problemas que actualmente debe encarar el mundo subdesarrollado. El maíz tolerante a la sequía está siendo sometido a ensayos de campo en Sudáfrica y, en los próximos 2 ó 3 años, estará listo para ser comercializado en Egipto un trigo mejorado genéticamente para tolerar la falta de agua. Los cultivos transgénicos, afirman los catedráticos sudafricanos, son respetuosos con el medio ambiente, ya que han reducido considerablemente el uso de pesticidas entre 1996 y 2004. Además, recalcan, se ha hecho posible la obtención de plantas para producir medicamentos y vacunas. Estos vegetales MG “podrían proporcionar la única opción económicamente viable para una producción independiente de proteínas terapéuticas en los países en desarrollo”, destaca el informe.
Asimismo, los firmantes reclaman a los consumidores de la Unión Europea (UE) una mejor aceptación de los cultivos transgénicos, puesto que de lo contrario, los países subdesarrollados, dependientes de los mercados europeos, no cultivarán variedades biotecnológicas y perderán beneficios socioeconómicos.