Investigadores de la Universidad Nacional de Seúl en Corea del Sur han desarrollado una variedad de tomate editada genéticamente con niveles mejorados de provitamina D3 (ProVitD3). Para desarrollarlos han utilizado las herramientas de edición genética CRISPR y los resultados han sido publicados la edición de junio de GEN Biotechnology.

Los científicos utilizaron el sistema CRISPR en tomates para inducir una pérdida de función en uno de los dos genes DWARF5 (DWF5), un homólogo del gen humano (DHCR7) responsable de convertir ProVitD3 en colesterol. El homólogo vegetal de DHCR7 se identificó inicialmente en Arabidopsis thaliana como DWF5. Dada la alta identidad de secuencia de más del 83%, el equipo coreano planteó la hipótesis de que los dos genes DWF5 de tomate, SIDWF5A y SIDWF5B, funcionan de forma redundante en sus vías biosintéticas.

Eligieron editar SIDWF5A después de que los patrones de expresión espacial mostraran que los niveles de transcripción de SIDWF5A eran de dos a cinco veces más altos que los de SIDWF5B, especialmente en frutas verdes y rojas. Sorprendentemente, los nuevos tomates editados genéticamente mostraron niveles acumulativos de ProVitD3 de hasta 6 μg/g de peso seco en bayas, manteniendo la similitud morfológica con los tomates de tipo salvaje. En contraste, los mutantes de Arabidopsis dwf5 mostraron enanismo.

Dado que la ingesta humana diaria recomendada de vitamina D es de 20 μg, los autores afirman que consumir un solo tomate maduro fresco que pese 150 g (equivalente a 15 g de peso seco) tiene el potencial de aliviar significativamente las deficiencias de vitamina D en todo el mundo. Con este trabajo prueban, una vez más, que los tomates pueden biofortificarse con altos niveles de ProVitD3, lo que podría constituir una fuente vegetal de vitamina D si se comercializaran plantas con esta característica. Más información en este artículo.

 

No es la primera vez que se obtienen buenos resultados en esta línea. Hace un año, investigadores del Centro John Innes (JIC) utilizaron CRISPR-Cas9 para cerrar una molécula en las plantas de tomate y aumentar la concentración de provitamina D3 en las frutas y las hojas. El estudio, publicado en Nature Plants, brindó una solución simple al creciente número de personas que sufren insuficiencia de vitamina D en todo el mundo.

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