La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha emitido su opinión científica final sobre la publicación de Séralini y otros en la que se advertían riesgos de salud asociados al consumo de maíz modificado genéticamente. En ésta se rechaza científicamente dicho estudio por contener un diseño y un análisis incorrecto que no valida sus conclusiones.

El estudio de Séralini y otros fue publicado el pasado 19 de septiembre en la revista Food and Chemical y en él se apuntaban riesgos de salud por el consumo de maíz transgénico. El informe fue fuertemente criticado por la comunidad científica desde que vio la luz al contener inexactitudes científicas que mostraban evidencias de búsqueda de resultados predefinidos. El estudio analizaba los efectos del consumo de un maíz modificado genéticamente cuya seguridad ya ha sido evaluada y confirmada en repetidas ocasiones EFSA.

Poco después de que el estudio saliera a la luz, la EFSA hizo una primera revisión del informe semanas después de su lanzamiento en el que concluyó que “ni el diseño, ni la presentación, ni el análisis de los datos del informe son suficientes” por lo que “no se pueden considerar ciertas científicamente las conclusiones”. Ahora, más de dos meses después de su publicación la EFSA emite su dictamen definitivo en el que rechaza dicho informe.

>> Dictamen científico oficial de la EFSA sobre el estudio de Séralini <<

EFSA publicó en junio de 2009 su último informe sobre la seguridad del maíz estudiado por Séralini concluyendo que “es tan seguro en efectos sobre la salud humana y animal y el medio ambiente como el maíz convencional”. EFSA ha repetido estos estudios hasta tres veces (la última en septiembre de 2011) sin encontrar riesgo alguno para la salud humana, animal, o para el medio ambiente.

El rechazo científico de la EFSA se suma al del Instituto Federal Alemán para la Evaluación de Riesgos, El Instituto belga de Investigación de Ciencias de la Vida, seis Academias científicas francesas (Agricultura, Medicina, Farmacia, Ciencia, Tecnología y Veterinaria), y más de 700 científicos y académicos de todo el mundo que han firmado una petición para que Séralinii de a conocer los datos en los que se sustenta este inconsistente estudio.

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