Según Ernesto Agazzi, ministro de Ganadería, agricultura y Pesca de Uruguay, el país se regirá por una política de
coexistencia regulada en el uso de productos transgénicos. De este modo, Uruguay contará con una nueva regulación para productos modificados genéticamente, que viene a poner fin a la suspensión de nuevas aprobaciones para la comercialización de semillas que desde hace año y medio afectaba al país.

Con el anuncio de esta nueva medida destinada a regular los cultivos modificados genéticamente, finaliza la moratoria que desde hace cerca de año y medio recaía sobre este tipo de productos. En enero de 2007, el gobierno del país latinoamericano decidía establecer una suspensión transitoria en la aprobación de nuevas solicitudes para la comercialización de semillas modificadas genéticamente.
 
Para la aplicación de dicha regulación, el gobierno contará con una estructura conformada por seis ministerios, cuya finalidad es definir las líneas de actuación a seguir y serán los encargados de llevar a cabo las autorizaciones de nuevos cultivos transgénicos. Además, entre otros proyectos está el de crear un Comité de Articulación en conjunto con la Universidad de la República, el Instituto Pasteur y el Latu (Laboratorio tecnológico de Uruguay) con el objetivo de elaborar y redactar una Ley Nacional sobre Biotecnología, cuyo texto se estima que estará listo en un año.

Esta decisión se produce ocho años después de que Uruguay decidiese adoptar la biotecnología agrícola. En el año 2000, se introdujo en el país soja modificada genéticamente y tres años después, en 2003 se aprobó por primera vez el cultivo de maíz Bt. El área cultivada de estos dos cultivos ha ido creciendo progresivamente cada año. Sin ir más lejos, el año pasado, el área de cultivos modificados genéticamente aumentó en cerca de 155.000 hectáreas.

Actualmente, la soja transgénica tolerante a herbicidas ocupa la totalidad de las 470 hectáreas del área nacional destinada a este cultivo. Por su parte, el maíz Bt también ha sufrido un aumento considerable, pasaran de 50.000 hectáreas en 2006, a casi 75.000 en 2007.

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