La enfermedad de Panamá está provocada por el hongo Fusarium exoysporum y ataca las raíces de algunas variedades de banano, como la Musa x paradisiaca. Esta enfermedad es conocida también como Fusariosis del banano o mal de Panamá. La referencia Panamá en el nombre es porque cuando esta enfermedad se diagnosticó por primera vez fue en dicho país, enfermedad que afecta a las plantaciones de banano de América Central. El hongo puede vivir en estado latente en el suelo durante unos 30 años, o hasta que se estimula a germinar por un huésped susceptible. A medida que el hongo altera el sistema vascular de la planta, las hojas se vuelven amarillas y empiezan a marchitarse. Después de que el hongo termina su ciclo, la planta finalmente muere por deshidratación.
Los científicos están utilizando una combinación de enfoques para salvar el banano. Un equipo en Australia ha insertado un gen de banana silvestre en la variedad comercial superior, conocida como Cavendish, y actualmente está probando estas bananas modificadas en ensayos de campo. Los investigadores también están recurriendo a la herramienta de edición de genes CRISPR para aumentar la resistencia de Cavendish contra el hongo, conocido como Fusarium llamada Tropical race 4 (TR4).
No es posible reproducir la resistencia TR4 en Cavendish utilizando métodos convencionales porque la variedad es estéril y se propaga por clonación, por lo que la única forma de salvar este cultivo podría ser la edición de su genoma. La variedad más comercializada representa el 99% de los envíos mundiales de banano. Los investigadores están utilizando esta herramienta de edición genética para aumentar las defensas de la fruta y evitar la extinción de una gran variedad comercial.
Ésta no es la primera vez que una variedad comercial de banano se enfrenta a la extinción. En la primera mitad de la década de 1900, otra cepa del hongo Fusarium llamada Tropical race 4 (TR1) casi aniquiló al mejor banano de la época, el Gros Michel. El hongo TR4 amenaza al 80% de las bananas del mundo y puede causar hasta un 100% de pérdida de rendimiento.
La enfermedad perjudica no solo a América Central, también a los cultivos de África. En esta lucha por salvar el cultivo la Unión Europea ha destinado fondos en investigación para encontrar variedades resistentes. El objetivo del proyecto europeo es emplear soluciones biotecnológicas de última generación, como la edición del genoma utilizando CRISPR/Cas y la ingeniería de genes de resistencia de alto rendimiento, para introducir un gen de resistencia y desactivar un gen de susceptibilidad en el banano para obtener banano resistente a la enfermedad de Panamá.
También se están utilizando tecnologías CRISPR para desarrollar bananos resistentes a otras enfermedades.