La percepción y actitudes de los consumidores hacia los organismos genéticamente modificados (OMGs) y sus productos es un tema de continuo estudio que ayuda a entender las preocupaciones sobre la salud, el medio ambiente y la seguridad alimentaria. Uno de estos últimos estudios, refleja que la preocupación de los consumidores en torno a los OMGs disminuye significativamente cuando reciben información basada en ciencia y proveniente de una organización o institución de confianza.
El estudio involucró a 500 adultos estadounidenses. Fueron encuestados sobre sus comportamientos generales de alimentación y compra, su conocimiento y actitudes hacia los OMGs y su opinión sobre ellos antes y después de la exposición a una declaración basada en la ciencia. Los encuestados fueron expuestos a declaraciones sobre alimentos transgénicos realizadas por la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia, la Asociación Médica Estadounidense, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Academia Nacional de Ciencias, la Sociedad, y las Sociedades de Medicina británica y europea.
A cada encuestado se le entregaron tres tarjetas: la tarjeta de declaración de la OMS y otras dos tarjetas aleatorias de las otras cinco organizaciones. Esto se repitió dos veces más de diferentes maneras sin dejar de exponer al encuestado a la tarjeta de la OMS cada vez. El objetivo era determinar hasta qué punto la información gubernamental influye y cambia las actitudes actuales de los consumidores hacia los OMGs.
Los resultados reflejaron que cuando los consumidores se ven “obligados” a leer una declaración científica de un órgano reconocido sobre la seguridad de los transgénicos, sus preocupaciones sobre si es malo para la salud o puede causar cáncer disminuye significativamente. Los hallazgos también incluyen lo siguiente:
- La mayoría de los consumidores estadounidenses conocen la presencia de OMGs en los alimentos.
- Los consumidores estadounidenses quieren que los fabricantes etiqueten los OMGs en sus productos alimenticios.
- La mitad de los que reconocieron estar preocupados por los transgénicos reconocieron que los comprarían si estuvieran etiquetados.
Los investigadores también señalaron que los consumidores no quieren que los fabricantes dejen de usar transgénicos, pero preferirían que los productos se etiqueten para reflejar la transparencia y para que los consumidores conozcan el contenido de transgénicos. En Estados Unidos no es obligatorio en el etiquetado pero en la Unión Europea sí lo es. En este post tenéis las claves de la normativa de etiquetado europea.
Podéis encontrar el artículo completo de este estudio en Future Foods.