Un análisis único en su tipo, realizado por un equipo de expertos internacionales dirigido por Rothamsted Research en el Reino Unido, revela que el potencial genético sin explotar del trigo muestra que los rendimientos globales son solo la mitad de lo que podrían ser. El equipo dice que esta “brecha de rendimiento genético” podría cerrarse mediante el desarrollo de variedades de trigo adaptadas a cada región. Se podría hacer mediante el uso de la variación genética disponible en los bancos de genes de trigo con técnicas modernas como la reproducción rápida y la edición de genes.

Este es el primer tipo de análisis global que ha analizado un total de 53 regiones de cultivo de trigo en 33 países que cubren todos los entornos de cultivo de trigo a nivel mundial. Utilizando un modelo de trigo de última generación llamado Sirius, el equipo primero calculó el rendimiento potencial de 28 variedades de trigo de uso común cultivadas en estos sitios, asumiendo las mejores condiciones de cultivo posibles para cada una. Después diseñaron variedades locales ‘idealizadas’ dentro del modelo que optimizaron varios rasgos de la planta para el rendimiento y cuya genética subyacente permitirá que los fitomejoradores las mejoren.

Las simulaciones se basaron en datos extensos sobre los rasgos, incluida la tolerancia y la respuesta a la sequía y el estrés por calor, el tamaño y la orientación de las hojas superiores que capturan la luz y el momento de los eventos clave del ciclo de vida. Los resultados mostraron que cuando se optimizan estos rasgos clave, las brechas de rendimiento genético podrían oscilar entre el 30 y el 70 por ciento en diferentes países, con una brecha de rendimiento genético promedio global del 51 por ciento.

El equipo concluye que la producción mundial de trigo podría duplicarse cerrando la brecha de rendimiento genético existente para lograr la seguridad alimentaria mundial de manera sostenible. Más información en el comunicado de prensa de Rothamsted Research.

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