El Innovative Genomics Institute (IGI) en Estados Unidos, fundado por la co-inventora de CRISPR, Jennifer Doudna, ha lanzado un programa de investigación que utilizará la edición de genes en cultivos para lograr que capturen más carbono y ayuden a frenar el cambio climático.

La captura de carbono a menudo se asocia con los árboles debido a la larga vida útil, lo que que les permite retener el carbono durante largos períodos de tiempo. Sin embargo, los cultivos crecen más rápido, lo que brinda a los investigadores la oportunidad de acelerar el proceso de desarrollo. Si existieran más plantas que puedan aspirar el dióxido de carbono en la atmósfera a gran escala, se estaría ayudando a reducir las temperaturas máximas.

Los investigadores tienen como objetivo modificar la fotosíntesis para hacer que las plantas crezcan más rápido. Al modificar las enzimas involucradas en este proceso, los investigadores han podido reducir las reacciones secundarias que consumen energía, incluidas algunas que involucran la liberación de dióxido de carbono. También tienen como objetivo mejorar los sistemas de raíces, lo que puede ayudar a almacenar más carbono en el suelo. La investigación inicial se ha centrado en el arroz.

“Esto no es fácil, pero estamos aceptando la complejidad”, ha afirmado Brad Ringeisen, director ejecutivo de IGI. También espera que cuando se trata del cambio climático, “las plantas, los microbios y la agricultura puedan ser parte de la solución, en lugar de parte del problema”. Más información en MIT Technology Review.

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