Para ayudar a reducir las enormes pérdidas en la industria de la patata, el bioquímico Dylan Kosma de la Facultad de Agricultura, Biotecnología y Recursos Naturales de la Universidad de Nevada, Reno (Estados Unidos) ha utilizado  un enfoque bioquímico para identificar las características genéticas del proceso de curación de heridas en las patatas.

La cicatrización de las heridas del tubérculo de patata implica suberina, un material corchoso que constituye una gran proporción de “piel” que cubre las heridas. Se trata de un polímero lipídico que producen todas las plantas y es un componente importante de los tejidos de cicatrización de heridas en patatas. La producción deficiente de suberina durante el proceso de cicatrización desencadena pérdidas de patata tras la cosecha.

La cicatrización eficaz de las heridas y la producción de suberina son fundamentales para sellar las heridas y evitar la entrada de patógenos y las pérdidas durante el almacenamiento. El equipo de Kosma utilizó la edición basada en CRISPR para identificar los genes en las patata y comprender mejor los interruptores que activan este sistema de cicatrizado.

El equipo identificó los primeros factores de transcripción conocidos por regular la deposición de componentes que forman la piel que se forma durante el proceso de curación de heridas. Encontraron dos factores de transcripción de la patata, StMYB102 y StMYB74, como reguladores de la biosíntesis y deposición de la suberina en las heridas y que son importantes reguladores del proceso de suberización de las heridas en los tubérculos. Más información en el artículo de Nevada Today.

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