El proyecto ‘GMO Risk Assessment and Communication of Evidence’ (GRACE), financiado por la Unión Europea, ha llevado a cabo extensas pruebas de alimentación para enmarcar aún con más detalle la fiabilidad de los estudios de alimentación animal con organismos modificados genéticamente (OMGs), medida previa a una posible reevaluación legislativa para este año. El equipo científico utilizó maíz MON 810 en un estudio de alimentación de 90 días y de un año.
El proyecto no encontró ninguna razón científica de que el periodo de 90 días fuera corto para obtener los resultados fiables, por lo que no encontraron justificación para extender el período de alimentación en los estudios. Además, el equipo no identificó ninguna razón científica por la que los estudios de alimentación de 90 días proporcionaran información adicional sobre la seguridad del maíz MON 810 cuando se compara con la obtenida con los análisis de composición.
Los resultados también indican que la alimentación de ratas con MON810 no desencadena ningún efecto adverso. Los resultados adicionales apoyan el razonamiento científico de que los estudios de alimentación animal pueden proporcionar un valor científico añadido para la evaluación de riesgos de los OMGs, pero sólo en caso de que exista un motivo de peso identificado en los análisis moleculares, de composición, fenotípicos y/o agronómicos iniciales.
Los investigadores también establecieron métodos nuevos y más amplios para la recogida y evaluación sistemática de la evidencia científica existente sobre los riesgos y beneficios socioeconómicos, ambientales y de salud de las plantas GM.
El equipo ha utilizado el maíz transgénico MON810, variedad de maíz genéticamente modificado resistente a insectos, ya que es actualmente el único cultivo modificado genéticamente cuya siembra está permitida en la Unión Europea. Una variedad también presente en casi todos los países que a día de hoy siembran semillas biotecnológicas.
[FUENTE: CORDIS]