La ministra de Agricultura de los Países Bajos, Carola Schouten, ha reconocido que quiere apostar por la modificación genética como una herramienta más para conseguir que la agricultura del país sea más sostenible. Reconoció también que el Gobierno está trabajando con empresas, agricultores y con la Universidad de Wageningen para estudiar las posibilidades de apostar por las tecnologías CRISPR, estudios cuyos resultados serán enviarán al Parlamento sobre su progreso en las próximas semanas, dijo a Volkskrant.
Antes de convertirse en ministra, Schouten estaba convencido de que toda la agricultura debía ser orgánica. “A lo largo de los años me he dado cuenta de que mi opinión era demasiado limitada. Me gustaría que pudiéramos estudiar las posibilidades del CRISPR-Cas”, explicó a un medio nacional. Una tecnología que, según el dictamen del Tribunal de Justicia de la Unión Europea del pasado mes de julio, debe cumplir las estrictas reglas de los transgénicos, algo que ha sido visto con un movimiento legislativo para impedir su progreso. “Es desafortunado que esa puerta haya sido cerrada en Europa”, se lamenta Schouten.
Bert Lotz, investigadora de plantas de la Universidad de Wageningen han reconocido que las declaraciones de Schouten son una señal importante que de las intenciones del Gobierno. En esta línea afirmó que de no apostar por la tecnología, los Países Bajos corren el riesgo de quedarse aislados en innovación agroalimentaria. Además, resaltó que la ciencia ha demostrado que se pueden aplicar las tecnologías CRISPR con seguridad, obteniendo ventajas significativas en materia de sostenibilidad.
Según Rene Smulders, investigadora de fitomejoramientode la Universidad de Wageningen, científicamente no hay razón ninguna para no permitir esta técnica. “Es una extensión de nuestra caja de herramientas (…) Ahora (la Unión Europea) solo nos permite trabajar con una máquina de escribir, pero el ordenador ya ha sido inventado“. Y concluyó afirmando que no usar esta técnica no significa que el sector agroalimentario se derrumbe, pero sí implica poner a los Países Bajos en desventaja competitiva.
[FUENTE: NL TIMES]