Un estudio realizado por expertos de la Universidad Estatal de Iowa (Estados Unidos) ha demostrado que los consumidores están dispuestos a pagar más por alimentos transgénicos con beneficios directos para su salud. El informe, publicado en la revista de Agricultura e Investigación Económica (JARE, en sus siglas en inglés) y recogido en Checkbiotech.org, evidencia que los consumidores prefieren alimentos más sanos que hayan sido modificados con genes a aquellos convencionales que son menos saludables.  Los alimentos transgénicos son aquellos que han sido modificados con genes de otras especies para conseguir una mejora nutricional, como el incremento de los niveles de vitaminas.

Los transgénicos no sólo son desarrollados para obtener mejoras nutricionales, los propios agricultores se benefician de estas plantas. Los cultivos modificados genéticamente permiten al agricultor hacer un menor uso de insecticidas, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, reducir el uso de agua e incrementar la producción, entre otros.

Wallace Huffman, líder del estudio, explica que “hemos visto que cuando se usa mejora genética para aumentar la cantidad de antioxidantes o vitaminas en las frutas y vegetales frescos los consumidores estarían dispuestos a pagar el 25 por ciento más que por un producto convencional sin mejora”.

El estudio refleja el cambio de opinión registrado en los últimos por parte de los consumidores ante los alimentos transgénicos. En 2001 un estudio concluía que los consumidores comprarían estos alimentos si costaran un 15 por ciento menos que los convencionales, dato que contrasta radicalmente con el obtenido por Wallace Huffman diez años después.

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