El químico Jose Miguel Mulet Salort, profesor de Biotecnología en la Universidad Politécnica de Valencia e investigador en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas, acaba de publicar su última obra ‘Los productos naturales, ¡vaya timo!’, un completo análisis de los productos naturales (conocidos comúnmente como ecológicos) en todas sus vertientes (alimentación, salud, hogar y energía).

El autor ha analizado en exclusiva para Fundación Antama la base de su obra, viendo el verdadero papel que los productos naturales juegan ante los retos de la conservación del planeta. Mulet es autor también del blog ‘Los productos naturales ¡vaya timo!’ dedicado a la divulgación de temas relacionados con la biotecnología, ingeniería genética, alimentación y ciencia en general.

¿Son los productos naturales un timo?

Algunos rotundamente si, sobre todo en el campo de la salud o del hogar donde la normativa es más laxa. Poner la palabra natural o ecológico sirve para hacer un producto mucho más atractivo, pero a veces cuando buscas cual es el beneficio para la salud o el medio ambiente no lo encuentras por ninguna parte.

¿Es real la imagen de lo ecológico como productos más saludables y sabrosos?

Ningún estudio ha podido confirmarlo. El metanálisis más completo sobre calidad nutricional demostró que las propiedades son similares. Tampoco hay ningún estudio de doble ciego que demuestre que los productos ecológicos están más buenos si las condiciones de recolección son similares. La actual normativa de producción ecológica  europea autoriza la maduración en cámara, que es la principal responsable de pérdida de sabor en muchas frutas o verduras. Y luego está el tema de la seguridad alimentaria, problemas como la contaminación por micotoxinas, o con E. coli, tristemente famosa estos días, tienen más incidencia en producción ecológica que en convencional.

¿Está justificado el elevado precio de los productos ecológicos?

Esta justificado si consideras que la producción es mucho menor que utilizando técnicas convencionales. La única forma de que sea rentable es con unos precios finales elevados. Por lo tanto el precio refleja el escaso aprovechamiento de los recursos. Esto tiene varios problemas, por una parte eleva artificiosamente el precio de algo tan básico como la alimentación. Y luego está que hace falta un nivel mínimo de producción agrícola para alimentar a la población. Si producimos menos lo tenemos que compensar aumentando el suelo agrícola… a costa de espacios naturales. Por lo tanto, la agricultura ecológica es insostenible.

¿Es real la imagen de lo transgénico como algo cuyos efectos aún no son conocidos?

No, no hay alimento que haya superado tantos ensayos y pruebas tan rigurosas.

¿Son seguros los productos transgénicos?

Los que están autorizados y en el mercado, absolutamente.

¿A qué se debe la falta de consenso total en la comunidad científica sobre los transgénicos?

No hay falta de consenso. El problema es que los cientos de científicos y miles de informes que avalan la seguridad y utilidad de los transgénicos no son noticia. En cambio, cuando aparece algún científico que critica a los transgénicos o que alerta de su presunta peligrosidad si que es noticia. Estas críticas son por motivos ideológicos no científicos. La mejor prueba es que nunca han podido presentar un informe científico serio. En algunos casos, como el de Seralini, el interés es puramente crematístico o por conseguir una relevancia que por su trabajo en el laboratorio no conseguiría.

¿Ecológico, convencional o transgénico?

Siempre el más seguro y el que nos ofrezca mejor relación calidad precio. También optaría por producido en la Unión Europea, no por proteccionismo, sino por que las regulaciones medioambientales que se aplican a la agricultura son más estrictas que en terceros países. Si el precio es razonable es señal que han sabido optimizar los recursos, lo cual beneficia al medio ambiente. Por lo tanto cualquiera que cumpla estos criterios.

¿Hay mercado para los tres tipos de agricultura y alimentos?

Existe un mercado ecológico muy diferente del mercado convencional. Viendo como funciona en otros países como Gran Bretaña el cliente tipo son personas de alto poder adquisitivo, por lo que es un mercado pequeño y muy especifico, que puede coexistir con el gran mercado. Lo que si me parece una estupidez sería hacer dos mercados paralelos, uno con transgénicos y uno sin ellos. Tenemos el ejemplo de Estados Unidos, donde no etiquetan los transgénicos y nadie se ha quejado ni ha habido ningún problema.

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