Es la primera vez que se logra una lechuga con incrementos considerables de rendimiento. Y es que desde hace 15 años un equipo de Investigadores del Instituto de Agrobiotecnología y Biología Molecular (IABIMO) del INTA se enfocan en la mejora de este cultivo. Mediante el uso de la edición génica han logrado una lechuga que supera el desafío de lograr mayores rendimientos.
El equipo de trabajo desarrolló una lechuga crespa que posee mayor cantidad de hojas que otras de la misma variedad. Utilizando edición genética mejoraron la variedad de lechuga crespa Grand rapids y obtuvieron una planta con mayor cantidad de hojas, casi el doble de peso y floración retrasada. Estas características hacen que, en la misma superficie productiva, se logren casi duplicar los rendimientos y se pueda extender la época de comercialización de la hortaliza. Este desarrollo impacta directamente en la productividad y en la rentabilidad del sector hortícola.
Los investigadores lograron apagar un gen que interviene en el desarrollo de la planta. Después de evaluar numerosos ejemplares, encontraron una planta que presentaba las características que buscaban, es decir, plantas más grandes y con floración retrasada. Esta planta y sus descendientes se evaluaron durante tres generaciones en invernadero y en un sistema hidropónico presentando las mismas características. De hecho, como sobresalía a simple vista sobre las otras lechugas en el invernadero, decidieron ponerle de nombre Cisne.
Actualmente la quinta generación de estas plantas está en ensayos a campo, como etapa final necesaria para analizar su productividad y la respuesta frente a variaciones climáticas y a patógenos e insectos. Con los resultados de esta evaluación a campo se podrá realizar la inscripción de esta nueva variedad en el Instituto Nacional de la Semilla (INASE) para poder avanzar hacia su comercialización.
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Fuente: ArgenBio