La Asociación Empresarial Para la Protección de las Plantas (AEPLA) presentó ayer en Madrid el informe ‘El futuro del sector agrícola español’, una radiografía que identifica los retos y oportunidades a los que se enfrenta el sector agrario nacional y que reflexiona sobre las estrategias a seguir para hacerles frente. Un documento desarrollado por PwC que tiene gran valor en un momento en el que el mundo, especialmente en el sector agrario, está protagonizando una transformación radical que se intensificará en los próximos años.

La agricultura tendrá que adaptarse para ser capaz de satisfacer una demanda creciente y con hábitos, necesidades y preferencias cambiantes. Para ello deberá competir en un mercado cada vez más globalizado y complejo a nivel normativo, lo que exigirá aumentar la productividad y la competitividad, en un entorno donde la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático y la escasez de recursos van a ser primordiales. El sector debe actuar estratégicamente para adaptase a los cambios venideros.

El informe ayuda a los agentes del sector a entender de qué forma se verán afectados y qué retos y oportunidades se les presentan para afrontarlos de forma exitosa. Porque si se mantuviera la situación actual y no se tomaran medidas, el futuro del sector puede verse seriamente comprometido. Recopilamos las conclusiones más relevantes del informe:

  • LA AGRICULTURA ES UN SECTOR ESTRATÉGICO que aporta gran valor económico, social, territorial y medioambiental. En 2017 la agricultura española empleó solo de forma directa a más de 749 mil personas y generó más de 25.357 millones de euros en ingresos. España genera el 13% de toda la producción agrícola europea, el segundo país por orden de importancia.
  • LAS MEGATENDENCIAS ACTUALES transformarán el sector, planteando retos y oportunidades. Cabe destacar el cambio demográfico y el envejecimiento de la población, en un contexto en el que el relevo generacional no está garantizado. También serán determinantes los cambios en los poderes económicos mundiales, avances tecnológicos, proceso acelerado de urbanización, cambio climático, escasez de recursos.
  • El sector debe adaptarse a estos retos garantizando la SOSTENIBILIDAD ECONÓMICA, SOCIAL Y MEDIOAMIENTAL en el medio y largo plazo. El sector se verá forzado a aumentar su productividad y a mejorar su eficiencia, mientras genera una producción adaptada a las nuevas demandas y preferencias del consumidor. Será necesario garantizar la continuidad del medio rural y atraer empleo joven y cualificado, a la vez que se minimiza el impacto agrario sobre el medioambiente.
  • Para avanzar hacia el cumplimiento de estos objetivos hay que tener en cuenta estas palancas de transformación:
    • INNOVACIÓN: apostar por la I+D+i, la tecnificación y la digitalización.
    • APUESTA POR LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS: disponibilidad de productos y soluciones de sanidad vegetal para controlar y erradicar plagas y enfermedades; introducción de nuevos cultivos y variedades; y adopción de técnicas de edición genética o innovaciones biológicas.
    • DIFERENCIACIÓN:  hay que entender las preferencias del consumidor y adaptar la oferta con el objetivo de diferenciarse y generar más valor.
    • PROFESIONALIZACIÓN Y ORIENTACIÓN HACIA EL EXTERIOR: apoyar el aumento de dimensión empresarial y la capacidad negociadora.
  • La transformación del sector no puede acometerse de forma aislada, sino que requiere un ESFUERZO CONJUNTO DE LOS DIFERENTES AGENTES DEL SECTOR E INSTITUCIONES para alinear posiciones y orientarlas hacia los mismos objetivos.

ACCESO AL INFORME COMPLETO

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