Un reciente estudio publicado por el Instituto de Alimentos y Ciencias Agrarias de la Universidad de Florida (Estados Unidos) ha concluido que pese a que los consumidores sean conscientes de la existencia de alimentos modificados genéticamente su nivel de conocimiento sobre ellos es muy limitado y, en muchas ocasiones, su perspectiva nada tiene que ver con la realidad de estos alimentos. El objetivo del estudio era comprender mejor lo que el consumidor sabe sobre la biotecnología agroalimentaria, las técnicas biotecnológicas y sus preferencias sobre el etiquetado de alimentos.
El estudio se basó en una encuesta con más de 1.000 participantes, a los que se les hicieron preguntas para medir el conocimiento de los alimentos y los organismos modificados genéticamente. Un estudio directo con el consumidor final en el que se plantearon preguntas para determinar el conocimiento objetivo sobre los organismos modificados genéticamente y las creencias de los consumidores sobre los cultivos y alimentos transgénicos.
Entre los resultados destaca que el 84% defendió una etiqueta obligatoria de los alimentos que contienen ingredientes modificados genéticamente. Pero, curiosamente, el 80% también defendió el etiquetado obligatorio para todos esos alimentos que contienen ADN, lo que supondría el etiquetado de prácticamente todos los alimentos del supermercado (ya sean transgénicos, convencionales o ecológicos).
“Nuestra investigación muestra que el término ‘modificado genéticamente’ lleva al consumidor a creer que la mejora genética ha alterado la estructura de los genes del organismo, mientras que creen erróneamente que el resto de técnicas de reproducción no lo hacen”, explica Brandon McFadden, profesor de economía de alimentos en el Instituto de Alimentos y Ciencias Agrarias de la Universidad de Florida.
[FUENTE: Instituto de Alimentos y Ciencias Agrarias de la Universidad de Florida]