La sociedad pide que la producción de alimentos sea cada vez más eficiente y sostenible, pero al mismo tiempo hay que hacer frente al reto de producir más para alimentar a una población creciente sin incrementar la superficie de cultivo. Un reto donde la biotecnología es clave y cuyo papel analiza Esteban Alcalde (Director de asuntos regulatorios en Europa, África y Oriente Medio de Syngenta y Presidente de la Fundación Antama) en el último podcast de Syngenta.

Esteban Alcalde reconoce que “los transgénicos tienen mala fama porque no los conocemos, la mayoría de las personas vivimos en ciudades desconectados de lo que es la agricultura y la producción de alimentos y tenemos ideas falsas de cómo se hacen las cosas”. Ante este panorama, “ha habido quienes han aprovechado ese desconocimiento para crear miedos”.

Desde su punto de vista, el mayor mito en torno a los transgénicos fue crear miedos en torno a la ingesta de genes, como si fuera peligroso y como si fuera algo exclusivo de los alimentos transgénicos. “Llevamos toda la vida comiendo genes y a nadie le ha pasado nada”, recalca Esteban Alcalde, quien recuerda que “una de las primeras encuestas sobre el conocimiento de la biotecnología a nivel europeo reflejó que la gran mayoría de la gente pensaba que los tomates no tenían genes”.

En la entrevista explica las diferencias entre un organismo modificado genéticamente (transgénico) y uno editado genéticamente, ya que no son los mismo. Y valora el potencia de las nuevas técnicas de edición genética y cómo ha conseguido democratizar la mejora genética.

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