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Más de veinte científicos de los centros de investigación más importantes de la Unión Europea han firmado una carta conjunta en la que se advierte del riesgo de que la investigación europea pierda su potencial en biotecnología. Para evitarlo los firmantes piden medidas urgentes para una apropiada financiación de la misma, una aprobación inmediata de las variedades modificadas genéticamente declaradas seguras científicamente y que se proteja del vandalismo los ensayos de campo. La carta está firmada por científicos de Alemania, Suiza, Reino Unido, austria, Países Bajos, Bélgita y suecia.

El texto recoge la preocupación de que la Unión Europea no alcance los objetivos de ‘Horizonte 2020’ marcados para pro crear una ciencia europea de alcance mundial y eliminar las barreras a las que se enfrenta actualmente la innovación. Necesidades que también demandan una postura política pro-ciencia en la que se de valor al progreso tecnológico en base a evidencias y no que los mandatarios se muevan por intereses ideológicos o políticos.

Los firmantes, científicos líderes mundiales en disciplinas como la botánica o la biología molecular, critican que la “moratoria de facto (de la Unión Europea) en las aprobaciones de plantas transgénicas ha sido perjudicial para la ciencia europea, cerrando puertas a la financiación pública y a las pequeñas empresas” para buscar respuestas ante los grandes desafíos agrarios y sociales del momento.

El documento pide una revisión de la regulación sobre organismos modificados genéticamente, una nueva legislación que siga rigurosamente las evidencias científicas de los órganos encargados de realizar dichos estudios de seguridad. Una llamada clave en un momento en el que el Parlamento Europeo se encuentra inmerso en la elaboración de una nueva normativa que permite a los países europeos prohibir los transgénicos pese a que a nivel comunitario estén aprobados y no haya evidencias científicas de riesgo.

La carta también critica el bloqueo existente en la realización de ensayos de campo con plantas transgénicas, algo movido por argumentos políticos y no por razones científicas. También critica duramente el vandalismo contra los pocos ensayos de campo que son aprobados, algo que causa enormes pérdidas económicas a los centros de investigación y grandes retrasos a los programas. “Alguno de nosotros incluso hemos sido amenazados”, señala el texto.

[FUENTE: The TelegraphUmea University]

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