Según datos ofrecidos por la Secretaría de Agricultura mexicana, cerca del 90% de las importaciones de maíz en México corresponden a variedades transgénicas, una apuesta que está permitiendo al país hace frente al incremento de precios en la cadena productiva.

México cultiva más de 7 millones de hectáreas de maíz, una cantidad insuficiente para abastecer la demanda del país y que le obliga a importar cada año 10 millones de toneladas de maíz.

El ministro mexicano de Agricultura, Francisco Mayorga, afirmó en la reunión de científicos agrícolas del G20 celebrada el pasado mes de septiembre que seguirá importando maíz, soja y colza transgénicas para poder hacer frente al incremento de los precios. “La biotecnología es una forma de producir más barato, en un contexto de crisis sería imposible dejar de usar esos productos ya que aumentarían los precios (de otros bienes)”, explicó.

Pese a que la apuesta de México por los cultivos transgénicos no es de las más importantes del mundo cada vez es mayor la confianza de los agricultores por esta tecnología. En 2009 se empezaron a realizar los primeros ensayos de campo con maíz transgénico mientras que el cultivo de algodón y soja transgénica se expandía por todo el país.

En 2011 los agricultores mexicanos cultivaron 161.500 hectáreas de algodón transgénico (tasa de adopción del 87%) y 14.000 hectáreas de soja transgénica tolerante a herbicidas, que en total suman 175.500 hectáreas sembradas con semillas modificadas genéticamente. Esta cifra representa un incremento significativo respecto a las 71.000 hectáreas sembradas en 2010.

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