El pasado mes de febrero se publicó el estudio ‘The socio-economic impacts of currently commercialised genetically engineered crops‘, una revisión de la literatura sobre los impactos socio-económicos de los cultivos modificados genéticamente.
Un documento que no sólo se ha centrado en los impactos más analizados de esta aplicación tecnológica como los cambios de rendimientos, costes o rentabilidad, también han abordado cuestiones como la distribución de los impactos en grupos, repercusión en el mercado de trabajo o el beneficio social.
Entre las conclusiones principales destacan:
- Los productores biotecnológicos ofrecen mayores rendimientos y mayores ganancias.
- Los pequeños agricultores de regiones en vías de desarrollo que cultivan semillas transgénicas han logrado mejoras en la salud, la educación, los servicios de atención materna y en la seguridad alimentaria.
- La mayoría de los beneficios de los cultivos transgénicos son percibidos por el productor.
- Los cultivos transgénicos tienden a tener un mayor impacto positivo en agricultores pequeños y de escasos recursos.
- Los consumidores acceden a alimentos de precios más bajos gracias al aumento de la productividad agrícola.