Varios expertos han coincidido hoy en que la agricultura del siglo XXI necesita un uso “responsable” y “adecuado” de la biotecnología así como unas buenas técnicas de cultivo para cubrir las demandas de la sociedad y ofrecer valores añadidos en alimentación y sanidad.

Así lo han puesto de manifiesto en la mesa redonda “Biotecnología y Agricultura: Cultivo de Variedades MG y Sostenibilidad de la Agricultura Española”, que ha tenido lugar hoy en el marco de la feria Biospain 2008, que se celebra hasta mañana en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Granada.

El jefe del Área Biotecnológica Varietal de la Oficina Española de Variedades Vegetales, José Ignacio Ortega, ha reconocido durante su intervención que la biotecnología ha sido capaz de cubrir la demanda de la población e incrementar el consumo de proteínas. Además, ha hecho hincapié en que puede satisfacer esta demanda y que los ciudadanos pueden confiar en las autoridades sanitarias.

Ortega ha detallado que en España en los últimos diez años 478 variedades de maíz modificado genéticamente (MG) han sido solicitadas para su inscripción en el registro de variedades comerciales, mientras que son 66 las inscritas en la actualidad y que contienen el evento MON 810 resistente a la plaga del taladro.

Para Ortega este maíz está aportando un incremento del rendimiento en las zonas donde se registra esta plaga, ha disminuido el contenido de micotoxinas en grano y ha reducido el coste en el tratamiento de insecticidas, si bien ha reconocido inconvenientes como los posibles problemas de coexistencia o el incremento en el coste de semillas.

Por su parte, Emilio Rodríguez, miembro del Servicio Científico Interno de la Comisión Europea (CE), se ha referido a la restricción actual en el acceso al mercado de materias primas agrarias y ha asegurado que el mayor problema existente es la complejidad en los procesos de aprobación de OGMs a nivel comunitario, siendo el sector ganadero uno de los principales afectados por esta medida.

Ha destacado que la biotecnología aplicada a los cultivos ha dado lugar a un incremento de los rendimientos asociado a una reducción de pérdidas para los agricultores, además de un menor uso de fitosanitarios.

El coordinador del grupo de trabajo Agricultura y Medio Ambiente en la Asociación Española de Bioempresas (Asebio), Jaime Costa, ha lamentado que los procesos de aprobación en la Unión Europea (UE) sean la barrera más importante a esta tecnología y ha afirmado que probablemente es la evaluación “más estricta del mundo”.

“Se concede más importancia a los posibles riesgos del cultivo de OMGs que a los riesgos reales de las variedades alternativas” ha añadido Costa, quien ha subrayado que el control de las plantas MG antes, durante y después de la autorización respalda sus sostenibilidad ambiental.

El secretario de Agricultura de UPA en Sevilla, Javier Fernández, ha considerado que la biotecnología va a defender los intereses de todos y especialmente los de los agricultores en vías de desarrollo y ha recalcado que permitirá la subsistencia del sector en la UE tras la reforma de la Política Agraria Comunitaria (PAC).

Ha reclamado contar con las mismas herramientas que el resto de competidores a nivel mundial y mayor libertad para decidir si apuestan o no por esta tecnología, que, en su opinión, será una herramienta fundamental para una agricultura más sostenible y respetuosa con el medio ambiente y la salud de los productores.

Compartir en redes sociales

Array