El científico valenciano Ramón Serrano Salom, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en el Departamento de Biotecnología de la Universidad Politécnica de Valencia y doctor honoris causa por la Universidad de Regensburg (Ratisbona, Alemania), ha analizado para el diario Valencia Plaza la situación de los cultivos transgénicos en la Unión Europea. Según afirma el experto, “los transgénicos han sido satanizados (en Europa) por los grupos ecologistas” quienes se oponen a esta tecnología “sin argumentos y muchos sin  saber ni lo que defienden”.

Ramón Serrano explica que en la Unión Europea el único transgénico “que se cultiva es una variedad muy anticuada de maíz resistente a la oruga del taladro”, una plaga que se come el maíz por dentro y que para combatirla requiere el uso de insecticidas muy dañinos para el medio ambiente. Con el uso del maíz transgénico se evita el uso de estos fuertes plaguicidas y se respeta mucho más el medio ambiente, pese a ello los ecologistas se oponen a su uso “pero no a que se deteriore el medio ambiente” con las prácticas convencionales.

Analizando la mala prensa que tienen los cultivos transgénicos en la Unión Europea, Ramón Serrano resalta que todo se debe a las campañas de comunicación de las organizaciones ecologistas como Greenpeace, “a quien considero una organización con ánimo de lucro que cobra cuotas a gente de buena voluntad que piensan que está salvando ballenas”.

Greenpeace la tomó en el 95 con los transgénicos. Lanzó toda una campaña mediática en Europa llena de despropósitos y falsedades, y muchas mentiras juntas se acaban convirtiendo en verdad. Recuerdo que pegaron miles de carteles diciendo que las lechugas transgénicas sabían a rata porque estaban hechas con sus células, cuando  nunca se han cultivado lechugas transgénica en Europa”, señala el científico.

Para finalizar, Ramón Serrano reconoce que Europa siempre ha sido muy reacia a aceptar nuevos productos. “Cuando los españoles trajeron la patata y el tomate, Europa lo rechazó totalmente. Tardaron dos siglos en comerla y lo hicieron obligados por el Kaiser durante la guerra. Así que los transgénicos puede que tarden medio siglo en ser aceptados, de momento los americanos llevan 20 años consumiéndolos y no les pasa nada”.

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