El microbiólogo suizo Werner Arber, Premio Nobel de Fisiología y Medicina, en su reciente visita a Brasil para participar en un congreso de genética, ha analizado la biotecnología agraria y ha resaltado que a día de hoy no existe ningún argumento científico que permita rechazar los cultivos transgénicos y que las críticas existentes tienen sólo “motivaciones políticas sin ninguna base científica”.

“Los riesgos de la ingeniería genética son similares a los que hemos asumido y asumimos desde hace miles de años en la naturaleza, de lo contrario no habría habido evolución en las especies”, comentaba el científico suizo, quien resaltó el papel de estos cultivos para hacerse más resistentes a plagas y para lograr una mejor adaptabilidad ante los fenómenos relacionados con el cambio climático como es la sequía.

Arber considera que la ingeniería genética puede ayudar en varias áreas, especialmente en la alimentación, aumentando el valor nutricional de los alimentos, aumentando la distribución de los alimentos en los países pobres, o incrementando la producción usando la misma superficie.

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