En la octava sesión del Tratado Internacional de Semillas, celebrada el pasado mes de noviembre en Roma, la ministra italiana de Agricultura, Teresa Bellanova, defendió la mejora genética como una de las herramientas clave para afrontar la crisis climática. En su intervención en la inauguración del encuentro afirmó que “a lo largo de los años, más de 50.000 variedades de plantas pertenecientes a más de 200 cultivos agrícolas han sido recolectadas y caracterizadas para su uso en futuros programas de desarrollo sostenible. La crisis climática nos llama a la acción: los recursos genéticos deben ser una herramienta para enfrentar los cambios en curso. Por esta razón, debemos promover la conservación, caracterización y diversificación de semillas y plantas, e invertir en innovación tecnológica, promoviendo la resiliencia y la adaptación de nuevas variedades”.
En esta línea afirmó que en 2012 elaboraron directrices para la conservación y caracterización de la biodiversidad vegetal de interés para la agricultura y, con una ley de 2015, crearon la oficina de registro, el portal y la red nacional de biodiversidad de interés agrícola y alimentario. “La crisis climática nos llama a la acción, no podemos permanecer inactivos. Los recursos genéticos deben representar una herramienta para enfrentar los cambios en curso. Sabemos bien que están amenazados y que se requiere todo esfuerzo para preservarlos y garantizar su adaptación a los nuevos escenarios”.
La ministra recordó que Italia siempre ha apoyado las actividades del Tratado Internacional de Semillas, “creyendo firmemente en el papel que desempeña en el contexto de los objetivos de desarrollo sostenible en términos de contribuir a la seguridad alimentaria, la adaptación climática y protección de los recursos fitogenéticos para las generaciones futuras”.