Un equipo de investigadores de los Estados Unidos ha secuenciado el genoma de la manzana Honeycrisp, una variedad que proporciona un recurso valioso para comprender la base genética de rasgos importantes en las manzanas y otras especies de árboles frutales, y que pueden utilizarse para mejorar los trabajos de mejoramiento vegetal.
Según explica Awais Khan, profesor de la Escuela de Ciencias Vegetales Integrativas de Cornell AgriTech y coautor de la investigación, cultivar variedades de manzana Honeycrisp puede ser un desafío. “Aunque tiene muchas características positivas, es una de las variedades de manzana más difíciles de cultivar en el sistema de producción en huertos ya que sufre de muchos problemas fisiológicos y en postcosecha”, explicó.
Por sí solos, los árboles de manzana Honeycrisp tienen dificultades para obtener suficientes nutrientes y requieren un programa específico de manejo de nutrientes para obtener buenos rendimientos. Sin ese manejo, los árboles suelen desarrollar “clorosis foliar zonal”, provocando que las hojas se vuelvan amarillas y que se doblen debido a los desequilibrios de carbohidratos y nutrientes.
Las manzanas Honeycrisp también son susceptibles a trastornos como el pitido amargo por los desequilibrios de calcio, o incluso la podredumbre amarga, una infección originada por hongos. Estos problemas están fundamentalmente controlados genéticamente, aunque el manejo inadecuado y el almacenamiento posterior a la cosecha pueden empeorarlos.
La tecnología de secuenciación genética ha hecho posible secuenciar, ensamblar y publicar el genoma de Honeycrisp en poco tiempo. Usando métodos avanzados, el genoma de Honeycrisp cubrió el 97% de todos los genes que codifican proteínas. Si lo comparamos con avances anteriores, el ensamblaje del genoma de la manzana Golden Delicious de 2010 solo cubrió el 68% de los genes. Más información en la crónica en Cornell o en el documento de acceso abierto en Gigabyte.